El boxeo es una actividad que nunca ha estado libre de polémica por ser un deporte de extrema rudeza. Incluso, es considerado por muchas personas como un acto “salvaje”. Pero en esta historia, el pugilismo, como también se le conoce, se convierte en una oportunidad para un grupo de amas de casa de combatir el machismo con sus propias manos. Dejando los prejuicios de lados, muchas mujeres ecuatorianas acuden a diario a entrenar a un gimnasio, con la secreta esperanza de vencer sus temores y lograr mayor confianza a punto de golpes.
Por Daniel Benavides

s una descarga de cosas guardadas por años dentro de mí”. “Cuando tengo a mi oponente al frente sólo imagino que es mi ex marido y pego con todas mis fuerzas”. “Desde que entré a practicar boxeo dejé de llorar a solas, ahora camino con seguridad por la calle”. Éstas son parte de las opiniones vertidas por algunas de las alumnas que llegan al barrio del Batán, en la ciudad de Quito, a practicar boxeo.

Es algo extraño verlas subidas en el cuadrilátero mientras hacen fintas o golpean el saco de box. Uno no imagina a su santa madre o a su dulce tía, apretando los dientes y lanzando jabs y ganchos con una concentración digna del entrenamiento de cualquier película de “Rocky Balboa”.

Esto no es como ir a un gimnasio de moda y ver a las chicas que practican aerobox o cualquier otro tipo de arte marcial simulado. Estas amas de casa practican de verdad este deporte y en el gimnasio las entrenan con el mismo compromiso que a los otros alumnos, aunque claro, sin extralimitarse.

Las amas de casa que han llegado al gimnasio del ex boxeador ecuatoriano Luis “La Cobra” Buitrón, tienen historias personales distintas. Se diferencian en los detalles y en los nombres de sus protagonistas aunque en el fondo tienen la misma esencia: el machismo.

“Algunas tienen pasados más densos que involucran violencia física, otras vienen porque su autoestima es muy baja y quieren ganar seguridad, otras sencillamente buscan verse mejor. Pero creo que todas ellas luego de un tiempo descubren un gusto por este deporte que nunca habían imaginado tener”, opina Buitrón que entrena cerca de 40 personas en su gimnasio. Ahí conviven jóvenes de ambos géneros, señoras de mediana edad y boxeadores semiprofesionales que buscan hacer carrera en este deporte.

Golpe al machismo

Aunque la violencia de género es un mal global –según datos de la ONU una de cada tres mujeres a nivel mundial ha sufrido algún tipo de abuso a lo largo de su vida- el machismo es una característica muy marcada en el carácter latinoamericano. Esta característica se presenta no sólo en los hombres, sino también en las mujeres. “En ciertos casos, ellas asumen como algo normal ser tratadas como seres inferiores o denigradas por su género”, opina el sicólogo social Andrés Santos.

Existe una conocida expresión entre las mujeres indígenas de Ecuador cuando sus esposos las golpean y alguien quiere intervenir: “Marido es”. Son ellas mismas quienes emiten esta frase, justificando las acciones del esposo por el solo hecho de ser hombre.

“Se cree que la violencia doméstica sólo significa agresiones físicas y eso es una parte importante del problema. La violencia sicológica deja marcas que no son visibles, pero que destruyen el interior de la persona. Si pierden la confianza en sí mismas, la autoestima y la dignidad, es un daño a largo plazo que es difícil de curar”, dice Santos.

Resulta algo irónico, que un deporte que siempre ha sido criticado en algunos sectores por su brutalidad, haya sido la respuesta para mujeres como Silvia, Carla y Ana para detener en sus propias vidas los abusos o humillaciones que recibían en sus distintos entornos.

“Vi la información en un periódico sobre el gimnasio de ‘La Cobra’ donde decían que aceptaban todo tipo de alumnos. No sabía quien era él, ni que había sido campeón de boxeo. Pero en ese tiempo tenía problemas con mi ex esposo y me dije: ‘si no puedo golpearle a él, al menos puedo fingir que lo hago’, y en ese momento me fui a verlo”, recuerda Carla, quien ya lleva dos años practicando boxeo.

“La Cobra” abrió sus puertas para entrenar a mujeres luego de retirarse del boxeo profesional. “Es complicado una vez que dejas de estar activo y no puedes hacer combates para ganar dinero. Tuve que buscar una manera de subsistir y se me ocurrió dar lecciones a todo el mundo que lo quisiera y así podía tener más alumnos”, recuerda.

“Siempre fui muy insegura de mí misma y una amiga me recomendó que me metiese a hacer artes marciales para mejorar eso. Cuando llegué al gimnasio y observé a todos esos boxeadores, y las paredes llenas de afiches de Arnold Schwarzenegger y Jean Claude Van Damme, casi salgo corriendo. Pero por suerte me quedé y comencé a entrenar”, dice Silvia de 50 años.

Duro entrenamiento

Desde hace cerca de siete años que a las puertas del gimnasio llegó la primera señora para entrar en este desconocido mundo del boxeo. Desde ahí el número de alumnas se ha incrementado, y aunque no es una actividad masiva, desde entonces nunca ha dejado de haber un tono de voz femenino que haga contraste con el vozarrón que tiene “La Cobra”.

“Me funcionó bastante bien comenzar con esto del boxeo. En todo sentido la gente te respeta más cuando sienten que te respetas a ti misma. Incluso en el trabajo me ha ido mejor desde que lo practico”, dice Ana de 27 años que es secretaria de una empresa.

Entrenan tres veces por semana, por las tardes, en el horario que muchas de ellas antes veían la telenovela. Su rutina consiste en un calentamiento de quince minutos, donde hacen elongaciones y estiramientos. Luego pasan al saco de boxeo donde practican diferentes combinaciones bajo la atenta mirada de su entrenador. “Está golpeando como una señora”, les molesta “La Cobra”, para incentivarlas a pegar con más fuerza.

Ya al final de la hora, se suben al ring donde primero hacen una simulación de combate con un sparring que esquiva sus golpes. Luego, el gran momento: un pequeño combate a dos rounds donde pueden poner en práctica lo aprendido.

Pero el real aprendizaje lo llevan fuera del gimnasio y del cuadrilátero, e incluso más allá de sus puños que ahora están entrenados. Lo llevan dentro de su pecho, en la confianza que les inyecta el sentir que pueden protegerse por sí mismas en un ambiente que todavía es muy influenciado por el machismo.

Ficha de “la Cobra”
Nombre: Luis Buitrón
Fecha de nacimiento: 24 de diciembre de 1962
Categoría: medio- mediano (welter)
Estilo: ortodoxo (diestro)
Alias: La Cobra
Nacionalidad: ecuatoriano
Lugar de nacimiento: Provincia de Cotopaxi
Registro de peleas: ganadas 26 (KO 18); perdidas 6 (KO 6); empates 0

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