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En el barrio, cuando uno es niño, crea juegos a su conveniencia. Por ejemplo, a veces se juega fútbol con una pelota hecha de trapos, los arcos son ladrillos; incluso nos inventamos reglas. En Ecuador, sucedió algo similar pero a gran escala. El “ecuavóley” es un deporte creado a partir del vóleibol pero con nuevas y singulares reglas, que lo han convertido en una de las actividades más practicadas en el país de la “mitad del mundo”. Eso sí, muchas veces, con las apuestas que se hacen en los partidos, este pasatiempo se vuelve bastante peligroso…

Texto: Ricardo Meneses
País: Ecuador

stamos en “La Carolina”, el parque más popular y concurrido de Quito. En uno de sus extremos hay dos canchas de vóleibol de arena rodeadas de pequeñas tribunas de cemento. Junto a las cabeceras de las canchas se ubican pequeñas tiendas y mesas de madera para quienes desean comer platos típicos quiteños. Todos los días, desde las cuatro de la tarde, se reúnen decenas de personas para observar los partidos de “ecuavóley” que se organizan espontáneamente.

Hay veces que se puede hacer varios partidos; depende de las personas que van llegando”, explica Vicente Romero, de 43 años de edad, mientras se sienta bajo la sombra de un árbol en medio de las dos canchas.

La mayoría de los deportistas participantes conforma su equipo minutos antes de jugar. Esta modalidad ha creado un ambiente de cordialidad y compañerismo. “Se crea amistad, se coge confianza y ahí se va armando el partido”, asegura Wellington Arias, uno de los mejores jugadores.

El nacimiento de este deporte ecuatoriano no se conoce con exactitud debido a que en los primeros años nadie documentó nada, aunque coloquialmente se adjudica a las ciudades de Cuenca y Quito como pioneras. Actualmente, se juega en todos los rincones del país e incluso en algunas zonas de Colombia.

Entre las décadas del cuarenta y cincuenta se crearon los primeros campeonatos barriales de esta disciplina. Hugo Bolaños, directivo del club del “Parque La Carolina”, señala que los fundadores jugaban en la Universidad Central del Ecuador.

Cuando los jóvenes se graduaron de la entidad universitaria, muchos fueron en busca de canchas donde jugar. Hoy la mayoría de los barrios tienen parques con canchas de fútbol y vóleibol. “Aquí hay de todo: comerciantes, abogados, médicos; personas de todo nivel social y económico. Encuentras desde el más pobre hasta el más rico”, describe Romero, vestido de terno café y camisa blanca.

Apuestas y “arreglos”

Debido a su popularidad, y como en la mayoría de juegos de entretenimiento, se empezó a apostar por uno u otro equipo. En las canchas de “La Carolina”, al igual que en barrios populares como Chimbacalle o el parque “La Marín”, es parte del reglamento que cada jugador apueste mínimo 15 dólares. “Aquí hay partidos de hasta 3.000 dólares. Pero por lo regular se apuesta 500 dólares por partido”, revela Romero.

Vale recalcar que las canchas son parte del club formado entre los jugadores y aficionados al deporte. Sin embargo, la legalidad deportiva no existe. En el resto del país hay muchos lugares en donde se apuesta y se juega a gran nivel pero no pertenecen a ninguna institución.

Uno de los jugadores más reconocidos a nivel nacional es Carlos Moreta, “El Concha”. No solo juega en los barrios de Quito, sino que ha paseado su destreza a nivel nacional e internacional. Moreta recuerda un partido en especial que jugó en Lago Agrio en 1989. “Jugamos 5000 dólares de apuesta. Fue tanta la emoción que la gente sacó machetes y empezó a meterse a la cancha para pegarle al juez. Uno no está preparado para ese tipo de situaciones y se pone nervioso”, admite el jugador.

Además, Moreta tuvo la posibilidad de ir a Perú, Colombia, España, Italia y Francia para jugar ecuavóley con migrantes ecuatorianos que han regado el conocimiento de este deporte.

“El Concha” es el vivo ejemplo de la situación de muchos jugadores de ecuavóley. Moreta no tiene otro trabajo aparte de armar partidos y apostar por jugar. El presente y futuro de su familia depende de cómo le vaya en los partidos que juega diariamente en varios lugares de la ciudad. Vivir del ecuavóley de una forma informal es posible pero el riesgo es muy grande. En Ecuador, el salario mínimo es de 300 dólares y, como dijeron, las apuestas en promedio son de 500 dólares.

Lamentablemente, la fuerte influencia que tienen las apuestas en los partidos crea un ambiente tenso cuando hay mucha rivalidad. Andrés Manosalvas, conocido como “Margarito”, asegura que perdió un partido porque sus compañeros se vendieron y el juez fue comprado por el equipo contrario. “Perdí 700 dólares. Acá se compran jugadores, jueces, los líneas. Ya es una mafia. No es como antes, solo por deporte”, expresa.

Hugo Bolaños conoce mucho la historia de lo que ha ocurrido en estas pistas de tierra. Cuando le consultamos sobre una anécdota, recuerda con una sonrisa y mira al cielo. “Luego de haber jugado un encuentro por mucho dinero, el juez que debía repartir el dinero al equipo ganador, huyó y nunca más volvió a aparecer”, revela.

Sin insultos, ¡por favor!

Como en todo deporte la personalidad del jugador es clave para ganar. En el ecuavóley la fortaleza mental debe ser una cualidad de todo quienes pisan una de las canchas. “Tiene que ser aguerrido”, insiste Wellington Arias, conocido como “Cinturita”. Por su lado, ‘El Concha’ reconoce que ese deporte es “temperamental” ya que cada persona tiene su carácter. “Siempre tiene que haber una persona pasiva para tratar de calmar al resto.”

Romero recalca este punto: “Lo más difícil para mí es cuando juego con gente que se fastidia mucho con el compañero. Si juegas tranquilo estás con la cabeza pensante pero si te presionan, te ofuscas y pierdes”.

Debido a la confianza entre jugadores y a la tensión que provoca el dinero, muchos buscan disminuir a sus rivales psicológicamente. La dirigencia del club creó un reglamento en el que se prohíbe el uso de insultos u ofensas contra cualquier persona en el juego, ya sea compañero, rival o juez. “Vienen mujeres, y si vienes a insultar, no vale, se ve feo”, insiste “Cinturita”.

En medio de todos, encontramos también a un grupo de personas que prácticamente nadie quiere: los árbitros. “Lo difícil es sentenciar”, reconoce Marcelo Endara, 63 años, y réferi de ecuavóley desde hace 30 años. La firmeza de las decisiones que toma se ven refutadas por varios jugadores. Algunos se pasan de la raya y es cuando las sanciones de tarjeta amarilla o roja, al igual que en el fútbol, son aplicadas.

Cuando existen jugadores de gran nivel se lo conoce como un partido de “ganchadores” pues clavan o colocan la pelota en los rincones más alejados de sus rivales. La afición se mete en el partido y se escucha frases como: “Juega a la derecha” o “¡Uh! Ese pobre ni levantar la bola puede…” Muchos ríen y sufren, quizá porque tienen dinero en juego o solo porque se entretienen.

Se acaba el partido. Los jugadores salen sudando, recogen su dinero y tienen dibujada una sonrisa por el premio. Los perdedores no pueden creer que vendieron cara su derrota, pero saben que la revancha está cerca.

Algunos datos…

· Este deporte está conformado por dos equipos de tres jugadores cada uno.

· Para armar un equipo se necesita un ponedor (quien define las jugadas); un servidor (se desplaza para dar el pase) y un volador (que defiende las pelotas).

· La red es más alta y estrecha que la del vóleibol tradicional. Se coloca a una altura de 2,80 m y tiene un ancho de unos 60 cm.

· El campo mantiene las mismas dimensiones: 18 m de largo x 9 m de ancho.

· Se usa una pelota número 5, idéntica a la de fútbol profesional.

· La bola se puede levantar con las dos manos y golpearla de cualquier forma. Eso sí, no está permitido patear el balón.

· Los partidos se juegan a 15 puntos cada set (también puede ser 12 puntos). Se necesita ganar dos de tres sets para conseguir la victoria.







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Versión Principiantes – A2


Eciavóley, jugando entre apuestas .


Los ecuatorianos son personas muy creativas, ellos tomaron el conocido deporte Volibol y lo transformaron en Ecuavoley. El ecuavoley se juega principalmente en Cuenca y Quito, necesita seis jugadores y un réferi. La gente juega ecuavoley en los parques y plazas, los equipos se arman en ese momento y la gente apuesta dinero a un equipo u otro.

A nivel profesional, los jugadores participan en juegos que tienen una apuesta mínima de 500 dólares, así ellos se ganan la vida. Entre las anécdotas de estos está la vez en que un réferi huyó con el premio, otra ocasión en la que los fanáticos entraron a la cancha con machetes y una en la que todo el equipo y el referí se dejó comprar por el equipo contrario.

El ecuavoley es un símbolo de Ecuador y los ecuatorianos se juntan a jugarlo en cualquier país en el que estén, por eso ya hay campeonatos internacionales de Ecuavoley.


Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Ecoavóley, un deporte entre apuestas.

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A2 ‘ Dejar de .

B2 ‘ Después de, antes de . .

Vocabulario

Ecuavóley

Vocabulario Resumen .

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