La palabra propina proviene del latín “propinare” que quiere decir “dar de beber”. Inicialmente, la propina era regalarle a alguien un trago como agradecimiento. Existen muchas teorías sobre el origen de la práctica de dejar propina a cambio de un favor o un servicio, pero lo cierto es que no se sabe realmente cómo empezó. Algunos dicen que fue en Francia, otros en Inglaterra. Pero veamos en esta crónica que pasa en diferentes partes del mundo, especialmente en América Latina, dónde, al parecer, nadie se pone de acuerdo no sólo con el origen de la propina, sino también de darla o no.
Por Joaquín Bode N.

uentan los chismes de la farándula, que mientras rodaba la película “Enemigos Públicos”, el actor estadounidense Johnny Depp dejó US$ 4 mil de propina en un restaurante en Chicago.

En países como EE.UU. e Inglaterra, dejar entre el 10% y el 15% del total de la cuenta como propina es un hecho habitual desde hace ya varios años. Es una regla que rige en todos los restaurantes y bares de primer nivel.

En el país del “Tío Sam”, la regla habla de hasta un 20%. Años atrás, hasta con el 10% bastaba, pero eso ya no es aceptable. Hacerlo podría ser interpretado por el trabajador como insatisfacción con el servicio. Esto se debe a que en realidad, en este país, las personas que trabajan como camareros y en otros oficios similares reciben un sueldo menor a lo que se considera el salario mínimo (equivale a US$ 7,25 por hora). Por esta razón, se les deja propina para que puedan compensar con el dinero recibido.

La revista “Forbes”, realizó una guía por país con los montos adecuados que se deben dar en propinas, ya sea en un restaurante, el hotel o por un recorrido en taxi. En el caso de Sudamérica, recomienda en los restaurantes dejar un 10% extra al total de la cuenta, en el caso de que no esté incluido.

Para los recorridos en taxi, en cambio, “será considerado amable si redondea la tarifa total hasta el próximo dólar, y en los hoteles dar el equivalente a US$1 por maleta a la persona que lo ayude”, explica el medio de comunicación.

Ejemplo por países

En América Latina, este acto es voluntario y en reconocimiento a la buena atención del mozo. Sin embargo, en Argentina, por ejemplo, el Senado viene debatiendo reglamentar las propinas y establecer que cada empleado reciba el 10% del total.

En Perú, el IPG (Instituto Peruano de Gastronomía), que a principios de este año abrió la primera escuela de garzones en el país, también está trabajando en una propuesta para reglamentar la propina a los mozos. Según datos de la revista “El Profesional”, en Perú, el salario de un mozo, incluyendo las propinas, puede superar en 80% al sueldo mínimo (que corresponde a 550 nuevos soles mensuales, cerca de US$ 194).

Hasta 1981 la ley chilena indicaba la obligación de entregar el 10% del valor del consumo al garzón. Sin embargo, ese “beneficio” cambió radicalmente y la nueva legislación es clara al respecto. “No existe la propina legal del 10% de lo consumido en un restaurante. Este es un aporte totalmente voluntario y el consumidor sólo está obligado a pagar el consumo que señala la cuenta. De lo contrario se podría hablar de una infracción por cobro de precio superior al exhibido”, explica el Sernac (Servicio Nacional de Consumidor).

Sin embargo, se estila que en este país las personas, tanto los habitantes locales como los turistas, dejen un 10% de propina como cortesía por la atención recibida. En Chile no existen datos estadísticos acerca de la cantidad de dinero que generan las propinas, pero los garzones confidencian que con ellas logran recaudar hasta un 80% de lo que reciben finalmente como sueldo, ya que -cuando están contratados- reciben el sueldo mínimo, que es de $ 165.000 pesos (US$ 300).

En México y algunos países de Centroamérica, lo usual es dejar entre un 10% y un 15%. Sin embargo en Venezuela el costo es mayor, pues a cada cuenta se le agrega un 15% por concepto de IVA, más un 10% en el ítem “cargo por servicio” y recién a esa cantidad se le suma la propina opcional.

El caso de Costa Rica, un país altamente turístico, la situación es singular. Los costarricenses no dan propinas, no es parte de su cultura. Pero el 10% siempre está incluido en las cuentas de los restaurantes. Eso sí, que los ticos no la entreguen no significa que quienes trabajan en turismo no esperen propina de parte de los viajeros que llegan al país. Como la industria del turismo está creciendo, las propinas se van haciendo más comunes y esperadas…

Pero no en todas partes la propina es vista con buenos ojos. Entre las excepciones que destacan se cuenta a Japón, donde es considerada un insulto, aunque en todas las cuentas se agrega un 10% por cargo de servicio. Algo similar ocurre en Cuba, pues Fidel Castro le otorgó el mismo concepto tras el triunfo de la revolución. Sin embargo, quienes han viajado a la isla aseguran que es una práctica entregarla.

En España la situación es completamente distinta. Allí, la propina es realmente un gesto de cortesía, que para nada se considera obligatorio, pues es estrictamente voluntario. En los restaurantes, por ejemplo, los camareros no cuentan con recibir un “tip”, ya que no dependen de ellas para vivir. En este país, reciben sueldos justos (633 euros al mes), como cualquier otra persona que trabaje en cualquier otro oficio.

   Propinas en el mundo   
País   Propina   Carácter
Argentina   5% – 10%   Voluntario
Australia     No es esperada
China     Voluntario
Chile   5% – 10%   Voluntario
México   10%   Voluntario
EE.UU.   15% – 20%   Obligatorio
Japón     No es esperada
España     No es esperada
Perú   5% – 10%   Voluntario
Fuente: Wikipedia

Interesante este punto. Y un aspecto muy llamativo para debatir si la propina debe ser o no, obligatoria. Las opiniones entre los consumidores están hoy divididas. Muchos creen que la propina es algo prácticamente obligatorio para apoyar a la economía del trabajador, mientras que para otros el hecho de dar propina sólo propicia que los salarios se mantengan a niveles denigrantes.

El punto es que si tú consideras que no te atendieron bien, no tendrías la obligación de dejar un sólo céntimo de propina. Ahora bien, si crees que la atención han sido buena, puede dejar un importe que consideres oportuno como muestra de gratitud.

Finalmente, algunos otros, sólo ven a la propina como una vieja costumbre. Y tú, ¿qué piensas?

Consejo
La propina deber ser considerada como un gesto de gratitud, de cortesía, y no de simple caridad. No se puede ofender con el importe de la propina ni con la forma de darla. La escritora británica Daphne du Maurier solía decir: “A veces sucede así en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina.”


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