i usted necesitaba una excusa más para visitar Costa Rica, el surf es la ideal. Este país es sinónimo de sol, arena, mar y muy buen surf.

Aunque otros encantos de este país como volcanes, bosques y su gente siempre llaman la atención de los turistas de todo el mundo, desde agosto de 2009, las tablas y los trajes ajustados se apoderaron de las playas ticas y se convirtieron en punto de referencia para visitar estas tierras, pues este fue el país anfitrión del mundial de surf.

Ese evento significó el primer mundial de un deporte hecho en Costa Rica, tuvo un récord de asistencia con 36 países participantes y más de 250 competidores. Sufistas de Indonesia, Japón, Hawai, Alemania y toda Latinoamérica se dieron cita en Playa Hermosa, ubicada a pocos kilómetros del pueblo de Jacó, en la provincia de Puntarenas.

Las playas ticas son un escenario paradisíaco, no solo para disfrutarlas sino para practicar este deporte. Por ello es cuna de excelentes surfistas.

Es el caso de Lisbeth Vindas. Esta disciplina le cambió la vida, ya que surfeando mantiene a su familia y así conoció a su esposo. “Siempre soñé con viajar, conocer el mundo, amar a una persona y vivir haciendo lo que me gusta. Pues bien, el surf me dio todo eso y más”, apunta.

Esta mujer es la surfista número uno de Costa Rica y por dos años estuvo en el Top 30 de las mejores del mundo. Con 14 años de experiencia y 28 de edad, Vindas asegura que por ser mujer le costó entrar en este medio. Pero el surfista Diego Naranjo, también campeón nacional, se acercó hace una década y media y le regaló su primera tabla para iniciarse en este viaje lleno de éxitos. Después se convirtió en su esposo.

Ahora juntos tienen una escuela donde enseñan a personas de todas las edades a surfear y a disfrutar de todas las bondades del mar sobre una tabla.

¿Por qué Costa Rica?

Ver a un turista tomar un autobús en el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, rumbo a las paradisíacas playas de Guanacaste (provincia localizada el extremo oeste del país) era lo más normal y frecuente en Costa Rica, pero con el surf en boga en esta nación centroamericana, Jacó y Playa Hermosa son hoy el destino por excelencia.

Estas playas se encuentran en el Pacífico Central, a poca distancia de la capital, San José. El oleaje fuerte y constante permite al surfista emprender una travesía extravagante sobre su tabla.

Para Thomas Brown, un estadounidense que vino a pasar sus vacaciones a Costa Rica, las olas que tienen estas playas no se comparan con ningunas del mundo. “Siempre quise encontrar un lugar donde pudiera sentirme dueño de todo en mi tabla y estas playas lograron lo que ninguna otra pudo”.

Además, aclara Brown entre risas, “en este país se come bien, hay muchas formas de divertirse y las mujeres son hermosas”.

Otro visitante, Luis González quien proviene de Madrid, España, considera que la “seguridad y tranquilidad de caminar con mi tabla por la arena, bajo el buen clima que impera la mayor parte del año en suelo tico y la facilidad de trasladarse de un sector a otro por las distancias cortas que hay en Costa Rica”, es lo que lo hace venir frecuentemente.

González destaca también los buenos precios que consigue en todo, desde el alquiler de un vehículo, la compra de una tabla de calidad y el alojamiento cómodo. “Esas son las variables que siempre hacen que me decida a visitar Costa Rica”, agrega.

Como él, turistas brasileños, mexicanos, chilenos, italianos, australianos y de todas partes del mundo buscan las playas ticas, sin duda, de las mejores.

Olas insustituibles

Aunque en páginas especializadas sobre el surf se puede encontrar información sobre las más espectaculares olas del mundo, nada mejor que el testimonio de un campeón para confirmar lo que puede hacer el mar costarricense.

Jason Torres es un amante de la tabla desde los nueve años. En 2006 fue campeón Panamericano, en 2008 alcanzó el quinto lugar del mundo en Portugal y en el “Billabong ISA World Surfing Games” de Costa Rica fue séptimo.

“En nuestro país hay olas de todo tipo: suaves, fuertes, tubos, para principiantes y para profesionales. Realmente es una maravilla practicar este deporte aquí, es como jugar fútbol en Wembley o el Azteca, para que me entiendan”, dice el campeón tico.

Lo que expresa Torres, quedó demostrado cuando del 31 de julio al 9 de agosto del 2009, 80 millones de personas siguieron en todo el mundo el mundial en Playa Hermosa de Jacó.

La organización de ese evento tuvo un costo de 400 mil dólares, pero la zona donde se efectuó el mundial obtuvo ganancias por aspectos comerciales cercanos a los 2 millones de dólares.

Según José Ureña, presidente de la Federación Costarricense de Surf, por primera vez los supermercados, hoteles y comercios de Jacó colapsaron. Se acabó todo por las más de 100 mil personas que recibieron durante los diez días de actividad. “El Instituto Costarricense de Turismo nos dijo que en 2008, unos 200 mil surfistas entraron al país, aproximadamente un 20% del turismo en general, pero que gracias al mundial ese porcentaje pudo incrementarse en un 15%”, precisa Ureña.

Antes de ese magno evento era normal encontrar surfeadores a lo largo y ancho de las playas ticas, pero después de ese acontecimiento histórico se ha convertido en una pasión observar familias completas con sus niños disfrutando del sol, la arena y el mar, pero siempre sobre una tabla.

Ahora Costa Rica se prepara para recibir el torneo “Quicksilver” en 2011, uno de los más importantes a nivel global, además del Panamericano en 2013, certamen que por primera vez se hará en suelo costarricense. En este país centroamericano ya no existen barreras, es una nación gobernada por una mujer, con playas majestuosas capaces de crear olas espectaculares, dignas de un escenario mundial.

Estas olas, siempre convencen a los turistas de regresar por otra probadita. En Costa Rica el surf es pura vida.