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Tras estudiar psicología, Jaime López Méndez se convirtió en un empresario destacado. Hoy en día, además de ser un reconocido arquitecto, profesor, ingeniero y explorador incansable, es el fundador y director general de un colegio privado y de un instituto tecnológico agrícola en Guatemala. Su objetivo es formar estudiantes en actividades que les permitan ser empresarios y abrirse campo en la economía local. Pero ahí no se termina la visión de este emprendedor: ya está diseñando ¡su futura universidad!

Texto y fotos: Cory Jung Ah Unverhau
País: Guatemala

egún un estudio del Monitor Global del Emprendimiento (GEM) correspondiente a 2014-2015, Guatemala está entre los países más emprendedores del mundo. Si bien esto es positivo, también revela que hay escasez de oportunidades laborales, sobre todo para la juventud. Al analizar bien las cifras del GEM surgen importantes dudas acerca de lo que significa ser empresario en un país como este, sumergido en la corrupción, inseguridad y pobreza.

La mayoría de estas personas trabajan por cuenta propia, más por necesidad que por oportunidad, en actividades comerciales con bajos niveles de capitalización y ganancias formando parte de la llamada “economía informal” (sin seguro social o médico, ni reconocimiento social). El informe GEM también deja de manifiesto que la situación de empleo formal es crítica, considerando que 200 mil jóvenes se incorporan cada año al mercado laboral, pero solamente surgen 20 mil empleos formales.

Entre los emprendedores que han logrado establecerse con sus propios esfuerzos está Jaime López, originario de Canxac, Huehuetenango. Desde muy joven mostraba talento emprendedor. No obstante, la precaria situación económica de su familia era una dificultad para que él pudiera acceder a educación. Es el mayor de 10 hermanos. “Siempre quise estudiar en un colegio pero no me era posible”, cuenta López.

Sin embargo, en sexto de primaria la escuela donde deseaba estudiar, La Salle, lo llamó para notificarle que se había ganado una beca por ser un alumno sobresaliente. Al no tener los recursos económicos necesarios para cubrir otros gastos, se volvió comerciante de frutas como duraznos y guayabas. Las preparaba él mismo y las vendía a sus compañeros. “Me compraba mucho la gente”, recuerda.

Motivaciones y desafíos

¿Qué motivó a Jaime López a fundar su propio colegio? “Siempre soñé con crear un establecimiento educativo. Tuve el privilegio de que al graduarme, los hermanos de La Salle me mandaron a trabajar a un colegio en Malacatancito por mi alta calidad de estudiante”.

Trabajó tres años en ese colegio y como era una persona muy activa los docentes le tenían envidia. Entonces, juró que iba a implementar un colegio igual o mejor que La Salle; así creó el Colegio Mixto Americano, el más grande del departamento de Huehuetenango, que actualmente cuenta con 1.700 estudiantes.

Doce años después, López diseñó e implementó el Instituto Tecnológico Agrícola de Occidente (ITAGRO) en Malacatancito. La institución surgió a raíz de la imposibilidad que tuvo de poder estudiar agronomía por la distancia y la falta de medios económicos. Así que terminó estudiando psicología.

Por ello, se dio a la tarea de investigar cómo era el proceso para crear un instituto agrícola, con el deseo de facilitarles la formación en agronomía a todos los guatemaltecos interesados. Pero cuando presentó el trámite ante las autoridades declararon el proyecto no viable por cerros y barrancos en el terreno y porque López no era agrónomo. Sin embargo, siguió luchando por su sueño y convirtió el sitio de alrededor de 25 hectáreas en un área fértil y cultivable.

En 2007 las autoridades por fin autorizaron el funcionamiento del ITAGRO para impartir la carrera de perito agrónomo. Hoy en día el instituto goza de una buena reputación y a partir de este año es un organismo autónomo. Tiene varias áreas productivas: milpas, parcelas de hortalizas, una fábrica de queso, hongos, gallinas, agroforestería, apicultura, cafetales, etc.

López se involucra en todo y sabe perfectamente lo que está pasando en el amplio terreno, incluso supervisa los proyectos. Además, como director general, va y viene entre el Colegio Mixto Americano y el ITAGRO para asegurarse de que todo vaya bien.

Microempresas

Hay una peculiaridad del ITAGRO que lo hace único y lo destaca de los demás institutos y universidades del país. Los estudiantes, actualmente unos 120, no solamente viven y estudian allá como internos, sino que a partir del quinto grado emprenden su propia microempresa en grupos de tres a cuatro personas con el fin de incursionar en la economía local.

Cada integrante del grupo asume una función diferente (gestión, administración, compras y ventas). Este modelo ha sido exitoso ya que los estudiantes se apropian del proyecto y sienten que tienen pertinencia hacia las necesidades de sus comunidades. Hasta la fecha, ITAGRO les presta dinero a los jóvenes cuando inician su empresa, y una vez que cubren el préstamo se quedan con las ganancias. “La microempresa es uno de los requisitos para graduarse”, explica López.

Marlem Cutuc, Eulogio Alvarado, Axel Bulux y Edwin Leonardo (16-17 años) son estudiantes de 5º año. Ellos se agruparon para fundar la microempresa “Darvidcumis”, cuyo nombre está formado por una combinación de “dar vida” y el apelativo científico del pepino (cumis) que producen en un invernadero.

Semanalmente venden varias cajas en la terminal de Huehuetenango, pero buscan expandirse a otros mercados locales. Ya lograron recuperar la inversión inicial de 20.000 quetzales (US$ 2.600). Hasta la fecha llevan tres cosechas que les ha generado Q 7.400 (US$ 965) pero esperan tener una ganancia de Q 25.000 (US$ 3.262).

A Marlem y Eulogio les gustaría continuar en la universidad y a la par, tener sus microempresas para generar empleo y ayudar a sus familias después de graduarse. Alex y Edwin quieren regresar a sus comunidades y tener su microempresa para beneficiar a la población.

Universidad y restaurante

Los estudiantes del ITAGRO vienen de todo Guatemala y de diferentes comunidades lingüísticas como Mam y Quiché, entre otras. Esto demuestra la apertura del instituto para fomentar una educación más integral e incluyente. Les enseñan técnicas agrícolas modernas pero no dejan de lado las prácticas ancestrales como la siembra de la milpa tradicional.

Gracias al ITAGRO los estudiantes adquieren capacidades y conocimientos que les permiten contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de sus familias. “El 80% de los egresados logran fundar una empresa propia, mientras que el 20% son absorbidos por compañías formales”, comenta López.

Actualmente, el empresario está en el proceso de tramitar documentos en la capital para construir su universidad en el terreno de ITAGRO. Esta ofrecerá carreras de medicina, educación e ingeniería en agronomía. “Los estudiantes conformarán equipos multidisciplinarios para realizar proyectos en sus propias comunidades con el fin de que se desarrollen integralmente”, afirma.

Además, por si fuera poco, ya ha encontrado un lugar para establecer su propio restaurante donde planea especializarse en carne asada, café especial y quesadillas para fortalecer la economía local y generar empleo.

Empleo y juventud

Ante la compleja y difícil situación laboral a la que se enfrenta Guatemala, las organizaciones sociales y civiles han subrayado en diferentes tipos de foros y debates de los candidatos presidenciales la importancia de la transparencia a todos los niveles. Además, se plantea la necesidad de contar con un gobierno eficiente y honrado, que combata la corrupción, fomente la inversión del presupuesto nacional en sectores claves como salud y educación y el fortalecimiento de la economía para generar empleos.

A su vez, datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida muestran que tres cuartas partes de los jóvenes entre 15 y 24 años tienen un empleo informal. De la población ocupada de 15 a 24 años, el 36.9% se ubica en la agricultura, caracterizada por salarios precarios y ausencia de seguridad laboral. El restante 63.1% se inserta en la industria, en actividades comerciales y de servicio. Para los jóvenes rurales las opciones son todavía más estrechas, circunscribiéndose a la agricultura de subsistencia y la migración temporal.







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El guatemalteco que sueña en grande – A2




Jaime López Méndez, originario de Canxac (Huehuetenango) en Guatemala, es un verdadero emprendedor comprometido con el desarrollo de la juventud de este país.

Tuvo una infancia llena de carencias pero un colegio católico le ofreció una beca. Como no tenía dinero para mantenerse, comenzó un negocio de frutas que vendía a sus compañeros.

Años más tarde, López fundó el Colegio Mixto Americano, el más grande del departamento de Huehuetenango. Esta escuela recibe a estudiantes de varias comunidades indígenas, brindándoles la posibilidad de estudiar.

En 2007, Jaime creó el Instituto Tecnológico Agrícola de Occidente en Malacatancito. La entidad tiene varias áreas productivas y a partir del quinto grado los estudiantes emprenden su propia microempresa con el fin de incursionar en la economía local. Para graduarse, deben devolver el dinero que el instituto les prestó para crear la microempresa. Muchos de ellos siguen el negocio, otros tantos son absorbidos por empresas locales y varios retornan a sus comunidades para trabajar allí.

Ahora Jaime está luchando para abrir una universidad que ofrecerá carreras de medicina, educación e ingeniería en agronomía.


Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

El guatemalteco que sueña en grande

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Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

B1 ‘ Formas impersonales para consejos o sugerencias

C1 ‘ Conectores de causa .

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