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Cuba es un país muy religioso. Posee creencias ancestrales que van desde el catolicismo, islamismo y protestantismo hasta religiones de origen africano, traídas a América durante la época colonial. En este interesante y entretenido artículo, nuestro periodista nos contará historias sobre personas que hacen de tales religiones el “pan de cada día” y del lucrativo negocio que se genera a costa de la fe.

Autor: Sabdiel Batista Díaz
País: Cuba

n Cuba todo el mundo cree en algún santo, dios o divinidad. Profesar alguna fe puede significar pagar desde USD 10 por una misa del Papa en La Habana o gastar USD 1.000 en “hacerse santo”. Esta ceremonia no es más que un proceso engorroso para convertirse en sacerdote o sacerdotisa de la religión yoruba, una de las creencias de África que más se afianzó en Cuba desde tiempos de la esclavitud. Para lograrlo se necesitan gran cantidad de implementos; es ahí donde la devoción se convierte en un negocio rentable para muchos.

En Cienfuegos, provincia del centro del país, existen más de diez tiendas para venta de artículos religiosos, que van desde hierbas usadas en la liturgia afrocubana hasta símbolos, estatuillas y libros de plegarias católicas.

“Botánica Ayamey”, es uno de estos lugares donde se manifiesta a cabalidad la “economía de la religión”. José Ramón, encargado del establecimiento, indica a los interesados el uso de cada objeto: qué deben comprar según el evento religioso, y qué tipo de aguardiente le “gusta” a cada santo, por citar algunos ejemplos. Allí se pueden comprar collares de cuentas, estampillas y hasta un San Lázaro a escala humana por 500 pesos (USD 20), cifra cercana al salario medio de un cubano.

Este, como otros establecimientos similares, cuenta con una licencia de “Productor/Vendedor de artículos religiosos y vendedor de animales para estos fines”, tal y como aparece definido el oficio en la lista de las 178 actividades autorizada para ejercer como iniciativas privadas en Cuba.

“Aquí vienen personas de toda la provincia. Algunas están preparando todo para hacerse santos y otros que ya pasaron por ese largo proceso que dura alrededor de un año. Lo mismo me compran implementos para adorar a Yemayá o clavos viejos procedentes de líneas férreas y herraduras extraídas de los caballos para hacer ofrendas a Oggún”, explica José Ramón.

El vendedor agrega que hasta su puesto han llegado extranjeros a comprar algunos productos para practicar la santería en Palmira, uno de los lugares donde más se profesan las religiones afrocubanas en Cuba. “He escuchado, asimismo, que personas de Venezuela o de España han invertido casi 10 mil dólares para hacerse sacerdote o sacerdotisa de esa creencia”, explica.

El precio de la fe

Según dueños de varios establecimientos y diferentes santeros cubanos entrevistados, en esta isla caribeña hay tres tarifas informales para “hacerse santo”. La diferencia entre cada una de ellas descansa básicamente en la nacionalidad del interesado y en el conocimiento que posea del asunto.

Por ejemplo, a los cubanoamericanos y ciudadanos españoles que conocen algo de la religión les sale unos USD 3 mil; a los europeos y asiáticos, más alejados del asunto, puede costarle el doble; y a los cubanos entre USD 500 y 1000.

Todo este dinero se invierte en las ofrendas para las deidades religiosas, en los preparativos de cada fiesta y en ropa blanca. Es precisamente este el color obligatorio durante un año para las prendas de vestir, pues en ese tiempo la persona atraviesa un proceso de purificación en torno a las malas energías.

Cumplir tales requisitos “te puede ayudar a encaminar tu vocación, destino o realización espiritual, a solucionar desequilibrios emocionales, físicos y sociales de varios tipos, además a encontrar estabilidad y protección general”. Así lo manifiesta Juan Chan, miembro de la Sociedad Yoruba de Cuba, en el sitio web: santeriacubana. Y sí, es cierto, ¡los santos afrocubanos también están presentes en Internet y desde las plataformas digitales aconsejan a los creyentes cubanos!

¿Y los católicos?

Pues los católicos también consumen productos necesarios para la praxis de su credo, como folletos de plegarias, estatuillas de la Virgen de la Caridad del Cobre y estampillas de los diferentes santos católicos.

Las plegarias u oraciones son en el catolicismo, como en cualquier creencia, una manera de comunicarle a la deidad nuestro estado de ánimo y nuestra petición, y son muy compradas en las tiendas de artículos religiosos en Cuba.

En los últimos años, con la visita de los tres últimos papas a Cuba, algunos afirman que la creencia católica ha tomado mayor fuerza en el país, pero son las religiones afrocubanas las de mayor impacto en esta variante de economía informal. Y es que las ceremonias son más extensas, requieren de más recursos, y la población cubana se identifica mucho con ellas, pues como reza una frase popular: “En Cuba, el que no tiene de congo, tiene de carabalí.”

Esta simpática expresión alude a la elevada mixtura étnica y cultural de los pobladores de la mayor isla del Caribe, quienes, más allá de pieles blancas o negras, tienen en sus genes y conducta tanta influencia de los esclavos africanos como de los colonizadores europeos.

Los creyentes opinan

Carlos Suárez, practicante de la religión yoruba, llegó a uno de estos puestos de artículos religiosos buscando aguardiente de miel para una ceremonia que organizará junto a sus correligionarios. La pequeña botella le cuesta 25 Pesos Cubanos (USD 1). “Yo no lo veo caro, tampoco a los otros productos de la tienda. Los collares y las pulseras son baratos, las cacerolas de barro y de madera cuestan un poquito más, pero siguen siendo módicas sumas de dinero. Además, son objetos que uno compra pocas veces en la vida”, manifiesta.

Sin embargo, otras personas no lo creen así. Una vecina del lugar llamada Aymara Hernández, que no es creyente pero sí tiene familiares muy religiosos, dice que “hoy la religión es un negocio en Cuba, por lo menos las religiones afrocubanas”.

La señora agrega que la gente gasta miles de pesos para hacerse santo y a veces ni siquiera creen de verdad. “Tienen que gastar dinero en comprarse ropas blancas para todo un año, gallos, carneros, jicoteas y varias cosas muy necesarias para las ceremonias, además de los regalos que tienen que hacerle a los participantes en las mismas”, precisa Aymara.

De acuerdo a lo que esta mujer expone, si una persona está dispuesta a creer en algo que implique gastar tanto dinero, no es una verdadera creencia sino un negocio. Finalmente, señala que es una moda que se puede permitir solamente la gente con dinero. “Yo no gastaría un centavo en nada de eso, si de verdad creyera en la religión”.

Lo cierto es que a pesar de criterios como el anterior, la religión, cualquiera que sea su origen y nominación, siempre ha tenido y tendrá un componente económico. Es esa precisamente la razón de ser de estas peculiares tiendas de Cuba. Por algo existe otra frase famosa en la isla que dice: “todo el mundo camina por lo chapea’o ”. O sea, en términos más sencillos, se refiere a que todos los cubanos, de una forma u otra, profesamos alguna creencia.

Santería a nivel mundial

La santería o Regla de Osha-Ifá es un conjunto de sistemas religiosos que fusionan creencias católicas con la cultura tradicional yoruba. Es una creencia religiosa surgida de un sincretismo de elementos europeos y africanos.

La santería fue practicada por los antiguos esclavos negros y sus descendientes en Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Panamá, Venezuela, Brasil, Colombia y lugares con gran población hispana en EE.UU. Actualmente la religión cuenta con presencia también en España, especialmente en Canarias (por su estrecha relación con Cuba), además de México, Holanda, Alemania, Inglaterra y Francia, entre otros.

En Venezuela, en la región de Caracas, es donde se concentra la mayor cantidad de santeros y babalawos de este país. En Colombia, aunque se encuentra muy oculta, también tiene presencia la regla de la osha. En Cali, hay familias de santeros cubanos; inclusive en la actualidad ya se cuenta con tiendas de artículos para santería.







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En Cuba, la fe se "vende" – A2




Ser cubano implica, en la mayoría de los casos, ser creyente de alguna religión. La isla caribeña sorprende por la gran cantidad de tiendas dedicadas a vender objetos religiosos, que se pueden hallar en sus calles.

Credos como el católico y musulmán conviven en armonía con prácticas afrocubanas como la yoruba y santería. Las últimas dos nacen de la unión de las creencias de los esclavos africanos con las tradiciones religiosas de los colonizadores.

En estas tiendas se pueden encontrar artículos tales como estampitas y folletos de plegarias también animales, ropa blanca, aguardiente y varios otros que son un requisito para la práctica de la santería.

Además de los elementos para la práctica, mucha gente paga para hacerse santo, o sea, para convertirse en sacerdote o sacerdotisa de estas religiones tan propias de isla. Los precios varían entre los 500 USD para los cubanos, hasta los 5000 USD para los asiáticos o europeos.


Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

En Cuba, la fe se “vende”

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Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

B1 ‘ La coma enumerativa

C1 ‘ La coma explicativa .

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Santeria cubana

Vocabulario Resumen .

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