Blaise llegó a Chile en julio de 2010 por trabajo. Aunque no era su opción principal venir a este país sudamericano, ya que él quería viajar a Australia. Sin embargo, su jefe decidió mandarlo porque su compañero que iba a venir era indio y pensó que podría tener problemas de discriminación en Chile. Bueno, esa es la historia de su llegada; pero, ¿qué es lo que este joven proveniente de la isla de Bob Marley hace en Chile? ¿Cómo vive cotidianamente en este lugar? Te invitamos a conocer esta otra parte de su relato.
Por Blaise Benjamin
jamaiquino
20 años

rabajo en un haras en los Estados Unidos, un lugar donde se crían caballos pura sangre de carrera. Me enviaron a Chile, porque mi jefe arrendó un padrillo para que montara a varias yeguas, o sea, para cruzar este tipo de raza de caballos.

Mi trabajo consiste en estar las 24 horas del día con el potro. Estoy a cargo desde su traslado, estadía, monta, alimentación y hasta sus vitaminas para que esté en buenas condiciones.

Mi estadía en Chile va desde julio a diciembre. Al principio no vi mucho de Chile, ya que me encontraba en el campo. Específicamente estaba en el Pirque, localidad cercana a Santiago, cuidando al caballo y conociendo a la gente que vive y trabaja por ahí.

He conocido varios haras en la zona central del país, donde he compartido con distintos veterinarios. La más simpática ha sido la doctora Carolina Rojas del Haras Sumaya. Ella se ha dado el tiempo de explicarme mejor la cultura chilena.

Con respecto a nuestros trabajos, la verdad es que son muy parecidos. Por lo general este tipo de labor la hacen los inmigrantes en EE.UU. De hecho, allá hay varios mexicanos que trabajan conmigo.

Lo que me ha gustado mucho es ver varios viñedos, además he probado el mejor vino acá en este país. Eso si, todavía me queda por conocer el sur. Me han dicho que hay hermosos lugares. ¡Oh, cómo ansío verlos!

Con respecto a las salidas nocturnas, o carrete como le dicen acá, he salido harto y he conocido a mujeres muy bonitas. Bueno, he tomado mucho ron porque… ¡es muy barato!

Una de las anécdotas que me pasó es que después de salir del carrete me prestaron un auto. Me fui a mi casa y en el camino me pararon los carabineros (acá se les dice popularmente “pacos”). Tuve mucho miedo. Estaba sin licencia internacional. ¡Sólo tenía mi licencia de Kentucky! ¡Qué horror! Pensé que me iban a llevar detenido a la cárcel. Pero los carabineros fueron muy amables…

Las personas…

Lo que he conocido de Chile, me ha gustado. Eso si, el español es un poco difícil para mí y me ha costado aprenderlo. En comparación con EE.UU., me gusta más la gente de acá, es más amable y se da tiempo para conocerte y saber de ti.

Las personas me encantan porque quieren saber de tu cultura. Siempre preguntan como es Jamaica, se preocupan, y por eso me gusta estar en contacto con ellos. Lo otro que me trae recuerdos son los comerciantes ambulantes y las ferias libres, ya que son muy parecidas a las de mi país.

Sin embargo, también he visto cosas curiosas. Me ha llamado la atención que algunas personas con las cuales trabajo, les tienen miedo a las yeguas. En cambio, en EE.UU., es difícil encontrar a alguien que trabaje en un haras y que le tenga miedo a los caballos.

En fin, también me han tocado algunos envidiosos, porque tengo ciertos privilegios por ser extranjero y estoy a cargo de un caballo muy top a nivel mundial. Pero bueno, en la vida hay de todo.

¡Ah! Otra de las cosas graciosas que me pasa todo el tiempo es que siempre me preguntan lo mismo: “¿Por qué eres blanco, si naciste en Jamaica?” Como que a las personas le dicen “Jamaica” y piensan altiro en un rastafari. Ja, ja, ja.

A pesar que este viaje de intercambio no ha sido por placer, me ha encantado conocer Chile. Ha sido y es una experiencia totalmente encantadora. Pretendo volver el próximo año, ojalá por placer y sin tantas responsabilidades, ya que me ha impedido conocer mejor la cultura chilena.


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