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Jonny Sweet es un guía turístico escocés, pero además es escritor independiente y viajero incansable. Hace un par de años, atravesó la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia en camino al Mundial de Fútbol Brasil 2014. Estuvo menos de dos días en la selva, pero el recuerdo de los pueblitos, la amistad con uno de sus habitantes y el posterior viaje en barco dura hasta la actualidad. Aquí te presentamos su relato en primera persona, lleno de anécdotas, aventuras y otras cosas…

Texto: Jonny Sweet
País: Colombia

ra el verano de 2014. Recién había llegado a Bogotá con la intención de lanzar mi propio negocio de turismo; después de tres años trabajando como guía turístico en mi país nativo Escocia, y luego en Santiago de Chile, pensé que el momento era adecuado para construir algo nuevo (y mío). En la capital colombiana no había tours como el que quería ofrecer y el turismo estaba creciendo rápidamente en todo el país. Bogotá me pareció la elección perfecta para empezar mi propia compañía de turismo.

Al mismo tiempo, estuve muy distraído por un evento global: la Copa Mundial de Fútbol en Brasil. Nunca en mi vida había ido a un evento de esa magnitud. Y en ese momento el torneo fue en el país donde este deporte es el más famoso… ¡y quedaba al lado del país donde vivía! A último minuto tomé la decisión de ir, pero no por aire, quise hacer una ruta más interesante: decidí visitar el Amazonas como parte del recorrido para llegar al Brasil.

Tomé un avión a Leticia, en la frontera colombiana, y después fui en barco a la ciudad de Manaos en Brasil. El viaje tomaría tres días, llegando justo a tiempo a la ciudad para el partido de Inglaterra contra Italia. Como cualquier escocés apoyaba alAzzurri” (por supuesto), pero antes del comienzo del fútbol deseaba experimentar la rica y salvaje naturaleza de la selva.

El Winston Lobo peruano

No había estado en Leticia ni por cinco minutos cuando conocí a Julio César. Él trabajaba como mototaxista, ayudante y “arreglador” general en el hostal donde me hospedaba. Se parecía un poco al personaje de Harvey KeitelWinston Lobo”, en “Tiempos Violentos”. Antes de salir en barco tenía un montón de cosas que hacer: reservar mi pasaje, comprar una hamaca, obtener la visa para ingresar a Brasil, buscar algún alojamiento en Manaos y mil cosas más. Solo tenía 36 horas para hacer todo eso, y con el ritmo de la vida tan relajado en ese pueblito chiquito, no estaba seguro de que iba a lograrlo todo a tiempo. Gracias a Julio César hice todo y con tiempo de sobra.

Para conseguir la mayoría de las cosas que necesitaba tuvimos que cruzar la frontera de Colombia a Brasil: me sorprendió lo fácil que fue hacerlo. No hubo muros ni controles ni policía; solo condujimos en moto sin problemas y en un momento estábamos en Tabatinga, Brasil. Las calles, las tiendas y la gente no eran diferentes, a mi ojo ignorante, a las de Leticia, pero mi oído podía discernir el sonido desconocido del portugués; además los precios de la comida y los bienes se habían convertido a reales brasileños.

Más tarde aprendería que las tres monedas (reales brasileños, pesos colombianos y soles peruanos) son aceptadas. Encontré interesante y original que la economía pudiera funcionar de esa forma en un rincón del mundo tan lejano y oculto.

Un encanto indefinible

Mientras me llevaba de un lado a otro del pueblo buscando mis cosas, empecé a conocer a Julio César y su vida en la selva. Yo solo había visitado el Amazonas una vez. Poco a poco, comencé a entender cómo es vivir en un lugar tan desconectado del resto del mundo, pero al mismo tiempo, más lleno de vida que cualquier ciudad que haya visitado antes. A pesar de sus pequeños tamaños, estos dos pueblos tenían un espíritu y una calidad difícil de definir las cuales se quedarían para siempre conmigo.

La diferencia más grande que noté entre la primera vez que estuve en el Amazonas y ahora, fue la autenticidad del lugar. Aunque antes había disfrutado mucho Cuyabeno, tuve la sensación de que todo era planificado específicamente para nosotros, los turistas. Obviamente fue un tour oficial y visitamos un sitio construido con el fin de promover el turismo; por eso, no se sentía como un reflejo real de la vida de su gente.

Después de hacer todas mis tareas de preparación para el viaje pasé el resto del tiempo en Leticia, disfrutando de la ciudad y su gente. Compartí algunas cervezas con mi guía y sus amigos e incluso jugamos un partido de fútbol en el barro (extranjeros contra locales). Nuestro equipo estaba compuesto por un escocés, dos gringos, un ecuatoriano y tres alemanes. Perdimos 4 a 2 pero salimos del campo con la cabeza en alto a pesar del resultado.

La vida aquí se caracteriza por ser reposada, nada de prisas, todo con tiempo. Para un chico como yo, esos días fueron un descanso muy bienvenido y lo fueron, al menos en parte, gracias a las historias de Julio César quien podía apreciar la vida en la selva. En este corto tiempo empecé una amistad con él que duraría hasta hoy. Actualmente él vive en Iquitos, pero como yo lo había supuesto, extraña mucho Leticia.

“Nací en Iquitos pero crecí en la triple frontera. Por eso tengo familia colombiana y brasilera. Recuerdo que era niño por ahí en el año 88, en el ‘tiempo de la bonanza’, como le decían a aquella época; a causa de la cocaína había mucha plata, mucho dólar”, señala.

Viaje inicio y fin

Después de dos días abordé el barco y me despedí de mi nuevo amigo, esa parte de mi viaje se había acabado, pero ahora comenzaba una nueva. Cuando la sirena sonó y el barco se alejó del muelle me encontré viviendo sin esfuerzo el ritmo relajado de la vida que se refleja en las lentas aguas amazónicas.

El piso superior del barco, que está al aire libre, albergaba un modesto bar y lo más importante, la pantalla de TV de 25 pulgadas junto a una antena parabólica. Estuve gratamente sorprendido al saber que de alguna manera, aquí, literalmente en el medio de la nada, podríamos conseguir señal y, como consecuencia, ver el primer partido del torneo: Brasil vs Croacia. Por supuesto, no me debería haber sorprendido, al fin y al cabo estábamos en Brasil; perderse esa ocasión deportiva hubiera sido impensable.

Finalmente llegó el último día del viaje y con él la ceremonia de inauguración de la Copa del Mundo. La atmósfera festivalera que se había estado construyendo firmemente en el piso superior del barco llegó a un punto crítico: para el comienzo del partido ya se había agotado la cerveza del bar.

Con más de la mitad del barco lleno de brasileños y buena parte del resto colombianos, el apoyo para la “verdeamarela” era previsible. La multitud se aplacó con una victoria satisfactoria (aunque poco convincente) de 3-1 para los anfitriones y antes de que yo supiese el juego había terminado… y el día también, mientras llegábamos al puerto de Manaos.

Antes de abordar el buque, tres días sonaban como un largo tiempo para estar abandonado en un barco. Sin embargo, al final del viaje, me di cuenta que podría haber hecho otros tres días de nuevo. La vida en el Amazonas es inesperadamente tranquila pero sorprendentemente adictiva; y aunque he disfrutado muchísimo mi tiempo en el barco y en el pueblito de Leticia estaba en la ciudad de Manaos de visita… y había además cierto torneo de fútbol del que me tenía que preocupar.

Algunos datos

· La ciudad de Leticia, capital del Departamento del Amazonas, fue fundada dentro del territorio peruano en el año 1934. Perú cedió el territorio a Colombia bajo el Tratado de Salomón.

· Leticia cuenta con 32 450 habitantes.

· Al lado brasileño, Tabatinga tiene 52 272 habitantes.

· Algunos sitios turísticos son: la Isla de los Micos, el Parque Nacional Natural Amacayacu y el Parque Santander.

· Aparte del turismo, la industria principal de la región es la manufactura de goma.

· El río Amazonas es el segundo más largo del mundo y el más caudaloso. ¡De hecho, contiene más agua que el resto de los siete ríos juntos que le siguen en el ranking!

· 5 154 386 fanáticos acudieron a los FIFA Fan Fests en todo Brasil. Menos de 0.001% llegaron por el Amazonas.

· Los hinchas brasileños fueron quienes compraron más boletos para los 64 partidos del torneo, a partidos que cualquier otro país (1 363 179). Esta cifra corresponde a más del 33% de todo el público asistente. Los colombianos compraron 54 477 boletos, el sexto país en la estadística detrás de Estados Unidos, Argentina, Alemania e Inglaterra.







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Aventura en la triple frontera amazónica – A2




Jonny Sweet, un escritor y viajero escocés, relata en primera persona su viaje desde Colombia para llegar a la Copa del Mundo Brasil 2014. El recorrido incluye un periplo de 3 días por la selva amazónica.

Llegué a Leticia desde Bogotá con la intención de cruzar a Brasil en barco por el río Amazonas. Cuando llegué a Leticia me sorprendió el ritmo de vida tan relajado del pueblito; la ciudad es la capital del Departamento del Amazonas en Colombia, pero solía ser una parte de Perú. Por eso las culturas están muy mezcladas.

En Leticia tenía muchas cosas por hacer: conseguir una visa para entrar a Brasil, encontrar un alojamiento en Manaos, comprar el pasaje en barco y una hamaca ¡pensé que no lo iba a lograr! Pero gracias a la ayuda de Julio César, un mototaxista del lugar, pude hacer todo e incluso descansar un poco.

Mi amistad con Julio César continúa hasta el día de hoy; él me mostró el amor por el Amazonas a través de sus historias. Además pude jugar un partido de fútbol de "extranjeros contra locales"; perdimos el juego, pero estábamos felices por haber compartido con ellos.

Cuando me subí al barco rumbo a Manaos me sorprendió que en el segundo piso hubiera una TV de 25 pulgadas y una antena parabólica, así que pudimos ver la inauguración de la Copa del Mundo y disfrutar de la victoria de Brasil sobre Croacia.

Los tres días a bordo del barco fueron maravillosos, relajados y me hicieron comprender la belleza del Amazonas, la selva y su ritmo. Cuando llegué a Manaos retomé mi aventura de conocer la ciudad y disfrutar del torneo de fútbol.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Aventura en la triple frontera amazónica
Aventura en la triple frontera amazónica

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘ Demostrativos

C1 ‘Imperfecto del Subjuntivo, conjugación .

Vocabulario

Triple frontera

Vocabulario Resumen .

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