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La cultura chicha apareció en Perú en la década del 70. Inicialmente era un género musical que fusionaba ritmos andinos con costeños, interpretado por grupos de migrantes en Lima. Llegó a escucharse incluso en países vecinos, aunque todavía es considerada como algo marginal y popular. Sin embargo, la estética chicha ya no se limita a la música: creció y se convirtió en un fenómeno que incluye diversas manifestaciones artísticas como la gráfica. Así, representantes como Elliot Túpac y Alfredo Villar han creado un movimiento que ha llegado a galerías de arte dentro y fuera del país.

Texto: Milen Saavedra
País: Perú

a primera vez que Esther Paola Mamani supo del movimiento “chicha” no fue a través de la música, sino de la gráfica plasmada en los carteles que anuncian conciertos. Desde entonces, se convirtió en una fanática de este género musical y no deja de escucharlo en ningún momento. “Creo que fue amor a primera vista. Los colores extravagantes, vistosos y la tipografía alegre no podían pasar desapercibidos”, cuenta la periodista.

La chicha es un ritmo musical que fusiona el huayno con la cumbia, dando protagonismo a la guitarra eléctrica y a los sintetizadores. “Me interesé con pasión por la tendencia de estas publicidades callejeras y leí de ellas todo lo que pude encontrar en Google. Así supe también de la música, como Chacalón en Perú o de los Ronisch en Bolivia”, agrega.

De hecho, los primeros grupos de la también llamada música tropical andina aparecieron en la década de 1970, fruto de la migración del campo a la ciudad en Perú. Y rápidamente se popularizó con grupos importantes como Los Shapis, Los Ovnis, Alegría, y Karicia, entre otros.

“La escucho cuando hace frío porque la chicha es capaz de traer calor. La oigo en la rockola cuando alrededor hay obreros tratando de ser felices un rato. La chicha es un vicio”, revela Esther. Y es que la música tropical se caracteriza por letras llenas de historias de decepción, sufrimiento, sacrificio y lucha, contradictoriamente, hechas para bailar.

Concepto original

¿Pero, qué es lo chicha? El investigador y DJ peruano Alfredo Villar asegura que es un concepto muy amplio. “Es lo popular, lo indígena, lo rural dentro de los códigos urbanos. Hay una explosión de color, de estéticas recargadas, barrocas. Es un término que habla de formas muy irreverentes de mestizaje”.

En ese sentido, lo chicha no tiene una única definición. Es más, la palabra proviene de una bebida alcohólica de maíz que se toma en todo Perú, y también en Latinoamérica, en diferentes presentaciones. Algunos dicen que es derivado de chichab, que significa “maíz” en la lengua kuna o chichiatl, agua fermentada en nahualt.

No se conoce cómo pasó del ámbito gastronómico al musical. El investigador Hubert Ramiro Cárdenas sugiere que el grupo Los Demonios del Mantaro fue quien dio nombre al movimiento musical con su canción “La chichera”. Eso sí, todos coinciden en que el término agrupa las prácticas culturales, es decir, conciertos, música, publicidad, gráfica, etc. que se generan alrededor de la música tropical andina.

Entre el estigma y lo popular

Otros elementos que acompañan a la cultura chicha son el estigma y la discriminación pues se la ha relacionado con lo marginal. “Parece como si chicha fuera también una identificación para decir “la música de los más pobres”, de los más de abajo. Es más ligado a las clases populares o que tengan algún rasgo de ruralidad o indígena”, explica Villar.

A pesar de eso, la música y cultura chicha son masivas. “La gente ‘de abajo’ sabe gozar más lo que se desborda. Lo chicha es nuestra forma de transgredir lo occidental y leerlo a nuestra manera, usándolo. Eso es nuestro mestizaje, ya sea Perú, Bolivia, Ecuador”, comenta Villar.

Pero para los artistas es mucho más que eso. El músico Carlos Condori, integrante de una agrupación musical de Cuzco, cuenta que desde hace 10 años es parte de este movimiento. “No me falta trabajo. Siempre hay algo: bautizos; matrimonios; bodas de plata y oro; fiestas patronales; nuevos bailes sociales; festivales de música tropical andina”, detalla.

Condori, quien es guitarrista, explica que junto al grupo, que viste coloridos uniformes, se presenta un animador y, a veces, un par de bailarinas. “El animador es importante. Él envía saludos a los asistentes, hace concursos y juegos desde el escenario, da regalos, conversa con el público y les anima a bailar”.

El repertorio está compuesto por composiciones propias, clásicos chicha y adaptaciones de canciones de moda a este ritmo acompañado de alegres coreografías. “Entre abril y agosto es nuestra temporada alta. Tenemos numerosas presentaciones, llegando fácilmente a ser contratados cuatro o cinco veces por semana”, agrega.

Color, mucho color

Junto con la música hubo un boom de los afiches que anunciaban los conciertos de los grupos chicha. En general, contienen colores fuertes y brillantes, pintura fosforescente, letras grandes y hasta retratos de los intérpretes.

A principios de 2000, dejó de ser simplemente publicidad y se le dio un valor artístico real. Se lo calificó como una innovadora corriente gráfica contemporánea. Por eso, las creaciones chicha han logrado tal fama que se han expuesto incluso en galerías del exterior. “Soy un poco responsable de las exposiciones. Cuando las hago, me voy hasta las provincias y busco a los artistas que pintan los camiones. Les converso y entrevisto; lo que hago es recopilar el arte popular de mi país”, detalla Villar.

Algunos de los artistas gráficos que dieron origen y que mantienen viva la estética chicha son Elliot Túpac, Monky y Frank Ventura con obras que van del cartel flúor y las banderolas en las calles a la pintura mural en restaurantes y otros negocios, del retrato iluminado al diseño y la fotografía popular.

Chicha, no globalizado

Elliot Urcuhuaranga, conocido como Elliot Túpac, empezó a los 12 años diseñando tipografías en carteles con fondos negros y tonos estridentes. Actualmente, es conocido por haber convertido en arte la serigrafía chicha. “Para mí no existe la cultura chicha. Es una invención de los medios en Lima, muy bien aprovechada por la falsa academia y con ello poder adjudicarle a toda la población migrante el título de ‘cultura chicha’. Creo que solamente se puede ajustar a dos rubros: música y gráfica”.

De origen huancaíno, Túpac inició su recorrido en el taller de su padre, Fortunato Urcuhuaranga, donde fue innovador de varias características de los carteles. Desde 2004, expone en museos y galerías y ha diseñado portadas para varias revistas internacionales. También realizó murales para los filmes “Madeinusa” (Claudia Llosa, 2005) y la galardonadaLa Teta Asustada” (Claudia Llosa, 2009).

Hoy diseña murales en diversos lugares de Perú armado de una brocha y una lata de spray con mensajes como “Libertad” y “Cholo soy”. Túpac recorre Perú dictando talleres gratuitos para jóvenes de 13 a 18 años, y dice que su deseo es enseñarles a trabajar con este tipo de arte para que puedan tener un medio de vida e impulsar una nueva corriente de jóvenes artistas difusores del arte chicha.

A pesar de la discriminación y la falta de consenso en su definición, la cultura chicha crece cada vez más y todo indica que no desaparecerá. “Mientras no seamos occidentales al 100%, seguiremos siendo ‘chichas’”, asegura Villar. “Siempre habrá una alternativa a lo que viene de afuera por más globalizados que estemos. Si resistimos la conquista por las armas en la colonia, resistiremos la de las imágenes y el mercado del deseo neoliberal”, concluye.

Algunos datos

El look chicha fue promovido por el grupo Los Shapis, que tenía trajes de colores brillantes inspirados por los bordados de su natal Huancayo. Se formó a principios de los 80 y su fama se vio incrementada por la película “Los Shapis en el mundo de los pobres”. Su éxito rotundo fue “El aguajal”. No eran limeños, aunque se trasladaron a la capital, donde llenaban estadios con más de 40.000 personas. Según los especialistas, si hay un tema que puede ser considerado ícono del género es “Muchacho provinciano”, de Lorenzo Palacios Quispe (conocido como Chacalón), la canción es una descripción de la vida proletaria en Lima. Villar ubica su inicio no con la música, sino con el comienzo de la migración del campo a la ciudad. “Perú, hasta los años 50, tenía un 70% de población rural. En ese camino ha habido una mezcla que no es ni indigenista ni cosmopolita. Eso que no es ni occidental, ni folclórico, es chicha. Es una zona indefinible de identidades que confluyen”. Las vertientes de la chicha son la cumbia peruana, cumbia costeña, música tropical andina, cumbia andina, cumbia amazónica, cumbia selvática, tecnocumbia, cumbia sureña y cumbia norteña.

· Las vertientes de la chicha son la cumbia peruana, cumbia costeña, música tropical andina, cumbia andina, cumbia amazónica, cumbia selvática, tecnocumbia, cumbia sureña y cumbia norteña.







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Cultura chicha: arte popular – A2




La cultura chicha nace en Perú en la década de los 70. Originalmente era la fusión de la música costeña y andina interpretada por migrantes del norte y el sur de país en la capital, Lima.

Poco a poco, la música se convirtió en una identidad representada por un diseño muy particular: colores extravagantes, letras grandes y tipografía redondeada. Los conciertos de grupos “chicha” se anuncian en carteles con este particular estilo y se pueden ver en las calles de las diferentes ciudades peruanas, bolivianas y ecuatorianas.

Lo chicha, según el investigador Alfredo Villar “es lo popular, lo indígena, lo rural dentro de los códigos urbanos”. No se sabe bien por qué se usa la palabra “chicha” para denominar al movimiento cultural. En América Latina “chicha” es una bebida alcohólica fermentada que normalmente se hace de maíz. Algunos expertos creen que se popularizó con ese nombre por la canción “La chichera” .

Si bien esta cultura se asocia con lo marginal o pobre, los artistas que viven de interpretar la música siempre tienen trabajo; tocan en matrimonios, cumpleaños y bautizos. Siempre con uniformes coloridos, también hay un animador que manda mensajes, saludos y anima a las personas a bailar y divertirse.

Uno de los representantes más destacados de este movimiento es Elliot Túpac, artista gráfico que popularizó el estilo chica y lo convirtió en obras de arte con interesantes mensajes. Él ha viajado por varios países pintando murales y dentro de Perú ofrece talleres gratuitos.

El mundo chicha continúa en expansión y no parece detenerse, “Mientras no seamos occidentales al 100%, seguiremos siendo ‘chichas’”, asegura Villar.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Cultura chicha: arte popular

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘ Verbo Gustar

B1 ‘Expresión del deseo Subjuntivo .

Vocabulario

Cultura Chicha

Vocabulario Resumen .

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