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El tejo es un deporte autóctono de Colombia. Era practicado hace más de 500 años por algunos habitantes de los actuales territorios del centro-oriente del país. En un principio, era conocido entre los indígenas como “turmequé” y consistía en lanzar un disco de oro hasta una pequeña cancha de arcilla, ubicada a 18 metros, con el objeto de hacer explotar las “mechas”, que eran pequeños sobres con pólvora. Con los años, el juego experimentó algunos cambios, pero sigue siendo muy practicado en esta nación y se ha convertido en una parte importante de la tradición y la cultura colombiana.
Texto y Fotos: Doly Orozco    

l juego del tejo es tan popular en Colombia, que hoy en día es practicado en todo el país e, incluso, con los años se ha expandido a sus países vecinos. Es más, en junio del año 2000, esta disciplina fue declarada “Deporte Nacional de Colombia” por el Congreso de la República.

Desde sus inicios, el tejo nunca tuvo una orientación hacia la competencia, por el contrario, fue una práctica deportiva que nació para la diversión. Antiguamente los indígenas lo practicaban en su tiempo libre y les gustaba acompañarlo con chicha. Ahora quienes lo hacen por distracción continúan acompañándolo con cerveza y música popular.

Hoy en día, muchas personas creen que este juego involucra necesariamente la cerveza, las rancheras y los vallenatos. Pero en realidad, esta práctica deportiva tan criolla que se juega en canchas de barro, es desde 1996 parte de los juegos nacionales y las actividades deportivas más importantes de Colombia.

“Desde hace mucho tiempo hemos querido que el tejo sea visto como algo más que un deporte de barrio”, afirma Arcadio Meneses, tecnólogo en sistemas, 52 años, que práctica desde hace mucho tiempo esta disciplina. “Es un deporte nacional que nos ha abierto las puertas, pero lastimosamente mucha gente tiene otro concepto sobre el tejo”, agrega.

Antonio Sandoval, un jubilado del ejército de 63 años, afirma que por lo general se juntan personas de la tercera edad para pasarlo bien. “Mi esposa se enoja conmigo porque caigo enfermo con tos, por estar mucho tiempo jugando tejo. La pólvora me hace mucho daño, pero yo no puedo dejar de a practicarlo, porque me ha devuelto muchas alegrías que se pierden con la edad”.

Del mismo modo, esta práctica deportiva ya no la realizan solamente los hombres, ya que el sexo femenino también ha logrado competir e incluso integrar ligas departamentales, de la cual hacen parte diez mujeres y cuya edad no sobrepasa los 21 años.

Estela Muñoz, 28 años, es ama de casa. Ella afirma que haber logrado ingresar a este deporte ha sido algo difícil, ya que los hombres aún no aceptan que una mujer los iguale o les gane. “Ellos se enojan o prefieren dejar de jugar cuando pierden compitiendo con una mujer, ya que no aceptan que nosotras podamos jugar mejor que ellos”, explica.

Cabe destacar que el tejo cuenta con un himno propio, desconocido para la mayoría pero interpretado por sus más fieles seguidores. Incluso, es posible encontrar una oración religiosa para el jugador, cuyo autor es un jugador de una de las tantas ligas existentes en el país cafetero.

La dura competencia

A diferencia de esta parte divertida del tejo, se encuentra la parte seria y dedicada, en la cual no se incluye la cerveza ni la música. Aquí, la gente busca competir con otros equipos de diferentes ciudades o países vecinos.

La Federación Colombiana de Tejo agrupa varias ligas y avala a los distintos clubes, promoviendo la celebración de certámenes locales, nacionales e internacionales. Los ecuatorianos y venezolanos son los principales rivales de los colombianos en este deporte, mientras que los chilenos cuentan con un juego parecido llamado tejo o rayuela. Tiene diferentes reglas y es considerado una costumbre nacional ligada al campo y muy celebrado en sus fiestas patrias.

Libardo Cometa, 50 años, comerciante y líder de uno de los equipos que participan en los campeonatos, asegura que “el tejo es popular en lugares como México, Estados Unidos, Perú, Ecuador, Venezuela Brasil y hasta España. Los colombianos residentes en el extranjero llevan esta tradición y forman equipos para jugar, dando a conocer esta práctica en esos países”, señala.

La mayoría de los jugadores afirman que en los países vecinos hay muy buen nivel en el tejo. De hecho, hace dos años hubo un torneo en España en el cual participaron 18 equipos hispanos y como único requisito pedían la participación de un jugador colombiano en cada equipo.

Sin embargo, esta práctica para los extranjeros sigue siendo un juego de alcohol y recreación, por lo que la idea principal de los jugadores nacionales es que todo el mundo los acepte como deportistas profesionales y así puedan quitarse el estigma de “cerveceros”.

Si bien este deporte es una de las prácticas más antiguas y autóctonas del país, lamentablemente se encuentra en decadencia, ya que ha bajado su popularidad entre las nuevas generaciones. “En las décadas de los 40 y 50, para llegar a ser senador o presidente de la República en Colombia, era obligatorio jugar tejo”, explica Hugo Córdoba, 68 años.

Una de las razones principales del poco interés de los jóvenes, proviene de la falta de difusión del tejo y el estigma que tiene con el alcohol. Existen pocos campos de juego destinados exclusivamente a este deporte y la mayoría tiene como destino la comercialización de licores. Por tal razón, estos lugares cuentan con acceso restringido a menores de edad. De ahí que cuando los jóvenes alcanzan la mayoría de edad ya están interesados en otra clase de deportes.

¿Cómo se juega?
Las competencias pueden ser individuales y por equipos. Si es por equipos, los lanzamientos de los jugadores deben ser alternados. Una vez definido el turno de lanzamiento, el primer jugador lanza su tejo y a continuación lanzan el resto de los jugadores, ganando el punto el equipo que ubique el tejo más cerca de la mecha de pólvora. El juego se realiza a 27 puntos, por lo que se deben efectuar las rondas necesarias hasta completar la puntuación. Ganará el juego el equipo que complete primero este marcador. Para que un lanzamiento sea válido, el tejo debe caer directamente sobre los objetivos, sin tener contacto con elementos externos (piso, tablas, bordes de la cancha).
Al popularizarse este juego, el disco de oro inicial fue sustituido por un disco de piedra. Actualmente se usa uno de metal llamado tejo.


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Versión Principiantes – A2

El tejo es el deporte nacional de Colombia desde el año 2000.

¿Cómo se juega?

Hay competencias individuales o por equipo. Los jugadores lanzan el tejo (disco de metal) sobre una cancha de barro y gana la persona que lanza el tejo más cerca de la mecha de pólvora. O la hace explotar, sin tocar los bordes o las tablas de la cancha que tiene 18 metros de largo.

¿Quiénes juegan al Tejo?

Sobre todo las personas de la tercera edad de sexo masculino, pero ahora más jóvenes lo practican porque no solo es un juego asociado a la diversión, sino que es un deporte que necesita práctica.

¿Dónde se origina el tejo?

El tejo es una actividad recreacional que practicaban los antiguos pobladores indígenas de Colombia hace más de 500 años y forma parte de la cultura y la tradición colombiana.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Tejo el deporte nacional colombiano.

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Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

Nivel A1. Verbos con cambio ortográfico E > I

Nivel B2. Presente del Subjuntivo. .

Vocabulario

El tejo.

Práctica Deportiva.