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No hace mucho, Shakira fue abucheada por su público en Ginebra, Suiza, luego de que comenzara su concierto ¡una hora y media más tarde de lo anunciado! El hecho se repitió en varios otros países europeos. Pero la “pobre” cantante colombiana no es el único ejemplo de impuntualidad latina: los propios presidentes de varias naciones también llegan tarde a diferentes actos oficiales. Pero ¿por qué los latinos son tan impuntuales? Y lo que es más importante: ¿cómo se puede entender este defecto y enfrentarlo a diario? Aquí, algunos datos prácticos….

Texto: Joaquín Bode    
Fotos: VeinteMundos

xiste una anécdota muy interesante, e incluso entretenida, que refleja en parte, la ya conocida impuntualidad de los latinoamericanos: hace un par de años, el entonces líder nacionalista Ollanta Humala, hoy Presidente de Perú, llegó con 20 minutos de retraso a un debate televisado durante la campaña presidencial, porque se detuvo… ¡a comer un emparedado de pavo !

En América Latina, la impuntualidad prácticamente no tiene límites, hasta el punto de que las mismas autoridades políticas llegan tarde a las sesiones y debates de estado y actos oficiales. Y si los gobernantes no dan ejemplo, no se puede esperar mucho del resto de la sociedad. Ni hablar de aviones, trenes o autobuses que en muchos países, jamás llegan a la hora.

No falta quien atribuye la impuntualidad a que no se tiene prisa en los climas tropicales, donde el ritmo de vida es menos estresante. Otros ven un posible origen en la ascendencia: de españoles e italianos se heredó el hábito de la sobremesa y la charla, y del indígena, el ritmo de la naturaleza, lo contemplativo.

En 2007, el nuevo gobierno peruano decidió lanzar una campaña contra la impuntualidad a la que denominó “Perú, la hora sin demora”. Su objetivo era que el pueblo tomara conciencia de la importancia del tiempo y de su valor como un recurso no renovable. La idea era dejar atrás las habituales demoras que pueden ser desde 15 minutos o hasta de una hora.

Muchos países, un problema.
Perú no es el único país latinoamericano que ha intentado terminar con la impuntualidad. En Ecuador, el ex Presidente Lucio Gutiérrez (2003-05), realizó una cruzada similar para ese mal hábito, que causaba pérdidas por 2.300 millones de dólares anuales a su país.

La impuntualidad ecuatoriana es bien conocida, por no decir “famosa”. Por lo general las citas se concretan de 15 a 30 minutos después de la hora pactada. Tradicionalmente se escuchan frases como: “Digamos a las 7, para que estén acá a las 7 y media” o “te paso a buscar a las doce o doce y media, ¿ok?”.

En Bolivia, Evo Morales busca terminar con esta mala costumbre predicando con el ejemplo, al iniciar a las cinco de la mañana en punto su jornada laboral y concluirla a la medianoche.

En el país altiplánico, incluso, se ha tratado de premiar con “recompensas” a los trabajadores puntuales. Pero luchar contra la llamada “hora boliviana” resulta muy complicado: normalmente, la gente llega media, o incluso, una hora tarde a su trabajo. Y mucho cuidado, porque si tienes una cita con alguien es muy probable que la persona aparezca al menos media hora después. Eso, si tienes suerte…

Este vicio ha alcanzado tal fama en América Latina, que para los argentinos llegar puntual a una cita, está mal visto. Sino, habría que preguntarle a la Presidenta Cristina Fernández, quien una vez hizo esperar al rey Juan Carlos de España más de ¡40 minutos en una cena de gala !

Ojo, sobre todo para los turistas extranjeros, ya que en Argentina sus propios habitantes se quejan de la tremenda impuntualidad de servicios básicos como el transporte, donde operan medios tan básicos como trenes, subtes (metro), colectivos y líneas aéreas.

Frases engañosas.
Los colombianos por su parte, tienen un refrán que dice que “después de la gente, lo que más se pierde en el país es el tiempo”. Según Ewa Kuka, profesora polaca y experta en idiomas, que vive hace muchos años en este país, el problema radica en algo muy sencillo: “La puntualidad es cuestión de cultura y mentalidad. En Colombia, la impuntualidad no es algo malo, es simplemente un rasgo de la personalidad latina. La gente llega tarde a todas partes, no porque no sabe qué hora es, sino porque no importa a qué hora se llegue. Lo importante es llegar”. Bueno, por lo visto, no sólo Shakira es impuntual…

En Chile, frases clásicas como “al tiro” “nos vemos luego” o “de ahí te llamo” demuestran que los chilenos no están acostumbrados a cumplir con horarios y que, en general, la puntualidad no es uno de sus fuertes.

Si bien los chilenos se autodenominan como los “ingleses de Sudamérica”, la verdad es que ninguna reunión comienza a la hora y los horarios de trabajos son relativamente flexibles. Llegar a un evento social o de trabajo con 15 ó 30 minutos de retraso, se considera bastante “normal”. Ni hablar de un cumpleaños: los invitados llegan a la hora que se les plazca.

Cuidado con la hora…
Las demoras en citas oficiales, de negocios, deportivas y hasta amorosas pueden ser de una, dos y hasta tres horas. El vicio está tan arraigado que en varias escuelas de negocios de América Latina se imparten cursos sobre puntualidad.

En México, el sentido del tiempo es muy elástico. Para algunos, las ocho de la mañana es una hora más cercana al mediodía que a las 7 AM. Cuando en México te dicen “ahorita” o “ahorita nomás”, no sabes si se refieren a una hora o un día. Esto significa que si una cita es a las 14:00 horas, por ejemplo, fácilmente se puede llegar a las 14:30 o incluso 14:45 horas. Y cuidado con la famosa frase que dice: “Bueno pues, entonces nos vemos entre ocho y ocho y media…”

Pero no sólo existe la “puntualidad mexicana”, ya que en varios países centroamericanos ocurre algo similar: en Honduras se le llama “hora hondureña”, en Costa Rica “hora tica”, y en República Dominicana “hora dominicana”.

En Nicaragua, también existe la llamada “hora Nica”, que implica que se debe llegar dos o tres horas después del plazo acordado. En caso de ser puntual, un invitado no debe extrañarse si se encuentra con el anfitrión en plena preparación de la cena.

Pero bueno, no es tan grave. Si tú eres un impuntual sin remedio, no te preocupes, en algunos países latinos los retrasos están “muy bien vistos” y son síntoma de “buena educación”.

Excusas típicas
Hay que tener mucho cuidado con los impuntuales, quienes generalmente tienen una serie de disculpas para justificar su atraso. Aquí algunas que son famosas y hasta graciosas:
- Disculpa la demora. Ha sido el tráfico; había un gran atochamiento cerca de aquí…
- Lo siento. La verdad es que me sentía muy mal. No sé qué me pasó. Pero no importa, ahora me siento mejor.
- ¡No tienes idea lo que me ocurrió! Tuve que ir urgente al médico. Aún no sé que es, pero podría ser algo grave…
- ¡Qué mala mi suerte! Al sacar el coche del estacionamiento, había otro impidiéndome la salida.
- No te preocupes, ya estoy casi llegando. En menos de cinco minutos estoy por ahí…
- Uf, si te contara… cuando venía camino hacia acá, me he encontrado con un viejo amigo que no veía hace años y por supuesto he tenido que parar a saludarlo. ¡No me dejaba ir!
- No me vas a creer, pero mi despertador no funcionó esta mañana…
- ¡¿Pero cómo?! ¿No te llegó mi mensaje de texto avisando mi demora?


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Versión Principiantes – A2


La ‘famosa’ impuntualidad latina.


La impuntualidad en los latinos es un rasgo muy típico. Llegar a una cita 30 minutos tarde es signo de “buena educación”, porque si se llega a la hora entonces el anfitrión o la anfitriona no están listos.

La impuntualidad latina está en todos los aspectos de la vida: actos oficiales, conciertos, citas; nadie llega a la hora pactada. Si un latino dice nos vemos a las 20:00 eso significa entre las 20:30 y las 21:00. Si un latino dice “te llamo más tarde”; puede ser que no llame nunca.

Las excusas más usadas por los latinos son:

– Disculpa la demora. Ha sido el tráfico; había un gran atochamiento cerca de aquí…

– ¡No tienes idea lo que me ha ocurrido! He tenido que ir urgente al médico. Aún no sé que es, pero podría ser algo grave…

– ¡Qué mala mi suerte! Al sacar el coche del estacionamiento, había otro impidiéndome la salida.

– No te preocupes, ya estoy casi llegando. En menos de cinco minutos estoy por ahí…

– No me vas a creer, pero mi despertador no ha funcionado esta mañana…

– ¡¿Pero cómo?! ¿No te ha llegado mi mensaje de texto avisando mi demora?

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

La ‘famosa’ impuntualidad latina

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 Gerundio

C1 Expresiones con tiempo .

Vocabulario

La impuntualidad latina

La hora .

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