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Se les conoce erróneamente como ascensores, pero en realidad son reconocidos mundialmente como los famosos funiculares de Valparaíso. Además son muy antiguos, ya que el aparato ubicado en el Cerro Concepción fue el primero en ser construido en América, allá por el año 1883. Pero esta no es la única particularidad de este pintoresco medio de transporte público: en algún momento del siglo pasado hubo más de 30 en funcionamiento. Ninguna ciudad ha registrado tantos carros avanzando a ras de cerro. En este reportaje, nuestro periodista se subió a varios funiculares para hablar con la gente y vivir personalmente una serie de aventuras entretenidas.

Texto y Fotos: Giancarlo Grondona    
País:Chile

esulta imposible para cualquier persona que haya estado en Valparaíso imaginarlo sin sus ascensores. Junto a las casas multicolores, que parecen estar colgando de los cerros, y los trolebuses forman parte de la identidad porteña, que sigue conectada con su pasado.

Los funiculares, que aparecieron entre 1883 y 1931, ayudaron a comunicar de manera eficiente y a un precio accesible una ciudad que empezaba a ser habitada. Eran tiempos en que el principal puerto chileno alcanzaba prosperidad económica y condición de cosmopolita. El comercio entre las potencias europeas y América, antes de la construcción del Canal de Panamá, transformó a Valparaíso en paso obligado de grandes buques.

La razón por la cual se construyeron, según el historiador Archibaldo Peralta, es que una parte importante de la ciudad estaba ocupada por el mar. “Al acabarse el espacio para construir viviendas, la gente empezó a habitar las lomas. Cada vez era más difícil bajar a comprar, llevar a los hijos al colegio o llegar a trabajar”.

El principal atractivo del viaje en estos cajones de madera acondicionados como medios de transporte público es la vista de Valparaíso. Algunos como “El Artillería”, “El Barón” y “El Concepción”, ofrecen una panorámica digna de una postal: la bahía, con los buques y las maquinarias portuarias, y la red urbana, plagada de autos y edificios.

En otros, como “El Monjas”, “Mariposas” y “Florida”, que hoy día están cerrados, el recorrido es más pintoresco; muestra a pocos metros casas y construcciones antiguas, pasajes y escaleras, aunque sin perder del todo la panorámica del mar.

El único que no deleita con ningún paisaje es “El Polanco”. Su trayecto es vertical y en el interior del cerro. Hay escasos vehículos construidos de esa forma en el mundo. Uno de ellos en Lisboa, los cuales no son funiculares, sino que ascensores, porque se mueven verticalmente. Sin embargo, la palabra “ascensor” está muy arraigada en Valparaíso.

Fuerte Competencia.
En la actualidad, los funiculares se ven afectados por la excesiva cantidad de microbuses y taxis colectivos que cubren prácticamente la totalidad de los distintos cerros porteños, lo que los ha transformado en competencia directa de estos.

“Los ascensores sirven a la gente que vive cerca del plano, a pie de cerro, que no es mucha. La expansión de los cerros en el último tiempo ha hecho crecer las líneas de taxis colectivos, trayendo consigo consecuencias negativas para los funiculares”, afirma Nibaldo González, Presidente de la Junta de Vecinos Nº4 del Cerro Barón.

Para solucionar el problema, Archibaldo Peralta propone que “el Estado debería construir en las instalaciones de los ascensores o en sus alrededores atracciones turísticas: cafés, galerías de arte o restoranes”.

El arquitecto Roberto Barría, director del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV), sugiere que “se podría generar un sistema integral de transporte, junto a los trolebuses y el metrotrén, con un boleto en común, y lanzar un circuito turístico”.

Si fuese necesario realizar transformaciones en los ascensores para favorecer aun más la vista de Valparaíso o pintarlos de forma llamativa, podría resultar complicado. Barría asegura que el PRDUV solo financia proyectos y quienes se los adjudican “tienen que respetar la versión original de la construcción y sus características. En algunos carros es la panorámica; en otros, la comodidad. El Consejo de Monumentos Nacionales revisa que esas exigencias se cumplan”, sostiene.

El profesional aclara que “el mismo problema surge con los colores del funicular, los cuales deben ser sobrios; es necesario conservar la condición de Monumento Histórico”.

Anéctodas Interesantes.
El maquinista del ascensor “Concepción”, Cristián Salazar, quien ejerce el oficio desde hace 15 años, admite que ha tenido que soportar muchas cosas. Por ejemplo, un corte de luz, quedando el elevador detenido en la mitad del recorrido. “Había una persona que estaba completamente borracha. Luego de un rato, le grité que no intentara salir. El tipo aguantó de forma paciente hasta que volvió la energía eléctrica. Le dije que era una buena anécdota para contársela a los nietos”, recuerda Salazar. También una vez apareció quien era el Presidente de Chile en ese entonces, Ricardo Lagos, cuenta. “Pagó su pasaje como cualquier persona y fue muy cordial y ameno”.

Patricio Díaz, maquinista del ascensor “El Peral” con 12 años de experiencia, confiesa que lo más curioso que ha visto en el vehículo “son algunas reconciliaciones de parejas, con escenas candentes”.

Más allá de estas historias curiosas, día a día turistas y extranjeros residentes se acercan a los ascensores, especialmente al “Concepción” y “Artillería”. Algunos por curiosidad, otros porque han escuchado o leído sobre ellos. Los visitantes estiman que las réplicas europeas de los típicos carros porteños presentan mejor aspecto pero no causan la misma impresión.

Lindsay Mais, escocesa con residencia en Chile por cuatro años: “Conozco un funicular en Gales, que es de madera”, sin embargo “los de Valparaíso ofrecen más que transporte: la vista del mar es impresionante”. Para Daniel, turista alemán, “son construcciones interesantes, muy bien diseñadas, que impactan por la cantidad de años que llevan funcionando”.

“Es sorprendente estar en un artefacto casi primitivo que aún se mueve. Como nunca había visto uno, para mí fue una experiencia inolvidable”, cuenta Rebecca Cheskey, turista estadounidense. A la alemana Jutta Weber le gustan los elevadores porque “son antiguos, pequeños” y permiten disfrutar de una panorámica que incluye las bondades de una ciudad difícil de encontrar en el mundo.

En Lisboa, capital de Portugal, y Budapest, capital de Hungría, están algunos de los ascensores más famosos. No obstante, “en ningún lugar del mundo es posible ver tantos en un mismo lugar. Ello influyó para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) inscribiese en 2003 al Centro Histórico de Valparaíso en la lista de Patrimonio Mundial”, razona Archibaldo Peralta.

Principales ascensores

En la década de 1930 estuvieron operativos 30 ascensores, de los cuales 16 han sido declarados Monumentos Históricos, incluyendo los seis que están vigentes. Originalmente, funcionaban con un motor a vapor; actualmente es eléctrico.

-Ascensor Concepción: año de fundación: 1883; ubicación: Cerro Concepción. Fue el primer ascensor de Valparaíso y uno de los más visitados. El ascensor ofrece una excelente panorámica del corazón financiero de la ciudad y del océano.

- Ascensor Artillería: 1893; Cerro Artillería. Construido para transportar a funcionarios y marinos de la Escuela Naval, sus carros son los más amplios e interesantes, por su colorida pintura que incluye diseños vanguardistas.

-Ascensor Polanco: 1915; Cerro Polanco. Es uno de los más pintorescos y reconocidos, por su recorrido vertical en el interior del cerro. Es conocido como el único ascensor real del puerto.

-Ascensor El Peral: 1902; Cerro Alegre. Comunica la Plaza de la Justicia en el plano con el Paseo Yugoslavo en su estación superior, el cual posee una hermosa vista de la bahía. Los carros están entre los más pequeños.

-Ascensor Reina Victoria: 1903; Cerro Bellavista. Ofrece una panorámica maravillosa de los cerros Cárcel, Alegre y Concepción. Su estación superior es cercana al Cerro Alegre, en el cual hay una variada oferta de alojamientos y establecimientos culinarios.

-Ascensor Cordillera: 1887; Cerro Cordillera. Une el centro histórico de Valparaíso con la plaza Eleuterio Ramírez en su estación alta, desde donde es posible gozar de una amplia vista del mar y uno de los barrios comerciales más antiguos del puerto.


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Versión Principiantes – A2


Los ascensores de Valparaiso.


La ciudad chilena de Valparaíso posee un medio de transporte muy colorido y pintoresco: el funicular. A través de este sistema, la gente puede trasladarse por los diferentes cerros de la ciudad.

El principal atractivo del viaje en estos “cajones de madera” es la vista de Valparaíso. Los funiculares permiten ver de una manera diferente los paisajes que tiene la ciudad, porque la mayoría tiene vista a la bahía. Además, en cada uno de estos artefactos se vive diariamente muchas anécdotas: algunas simpáticas, otras no tanto…

Actualmente son pocos los ascensores que están operativos. Los microbuses han cubierto muchas rutas en los cerros, por eso las personas no usan mucho los ascensores. Mucha gente piensa que se necesita construir más infraestructura cerca de los funiculares y de los lugares turísticos para que las personas usen más los ascensores.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Los famosos funiculares de Valparaíso

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

Nivel A2. ¿Qué? o ¿Cuál?

C1 Subjuntivo para expresar duda

Vocabulario

Los ascensores de Valparaiso

El funicular .

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