Cada turista que llega a esta isla caribeña se quiere llevar un lindo recuerdo para su país. Fotos de paisajes, camisetas con la bandera cubana o una boina parecida a la del “Che” Guevara. Pero también existe otro tipo de productos, más elaborados, que representan la reconocida artesanía cubana. Detrás de una pequeña figura de madera o de caracoles, está el trabajo de muchos artesanos y personas vinculadas a esta pequeña industria. Este negocio es bastante lucrativo en Cuba. ¿Es cara la artesanía? ¿Por qué? ¿Dónde va a parar ese dinero? Preguntas que tratamos de responder aquí…

Texto y Fotos: Sandiel Batista Díaz.    
País: Cuba

as autoridades turísticas cubanas aseguran que los visitantes extranjeros, sin importar su procedencia, dedican al menos un día a comprar objetos artesanales. Y si pensamos en los más de 2.5 millones de turistas que recibe Cuba cada año, podemos ver que la artesanía representa una gran entrada de dinero para el país. Parte de esa plata va a las manos de artesanos y pequeños empresarios particulares. Otra cantidad va a parar también a las arcas del Estado.

La industria del turismo, ligada a la economía de la nación comunista, ha facilitado espacios a los cubanos como parte de las ofertas alternativas que se ofrecen a los clientes. Actualmente estos creadores no solo venden sus obras en mercados turísticos, sino que también algunos exponen sus obras en galerías, eventos especializados o contribuyen con la ambientación y decorado de instalaciones hoteleras.

En cada ciudad importante o polo turístico existen lugares para la comercialización de productos artesanales cubanos. Sin embargo, solo se venden las mejores piezas realizadas por miembros de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA) o del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC). Para vender sus obras, los artistas deben contar con un aval otorgado por alguna de las dos instituciones. Además, deben pagar impuestos, que en ocasiones llegan hasta un 47% del valor total de la obra, elemento que eleva los precios del producto final. Cualquier interesado en comercializar sus productos debe registrarse en la ACAA, una organización cultural que reúne a todos los artesanos y única capacitada para emitir un “Registro de Creador”, que avala la calidad de la obra para su comercialización y exposición.

Jorge González, conocido popularmente como “Jorgito”, dejó hace casi diez años la pedagogía y su Maestría en Lengua Inglesa para dedicarse completamente a la artesanía. “A mí me gusta muchísimo darle forma a la madera, a los caracoles y a cuanto material me sirva para hacer arte”, señala. “Antes me gustaba dar clases, pero siempre me atrajo hacer cosas con mis manos. Ahora la artesanía me aporta un mejor nivel de vida que impartir clases y hago lo que más me gusta”, manifiesta Jorgito. Todavía los artistas y creadores tienen que dedicar bastante tiempo (y trabajo) para vender sus obras, afirma. “Yo, por ejemplo, tengo que buscar mucho para comprar toda la materia prima que uso. En ninguna tienda puedo comprar caracoles o madera. Del pegamento ¡ni hablar! Después que vendo algo la ganancia que tengo es poca, pero está siempre por encima del salario que tenía antes como profesor”, señala el joven artesano.

En Cienfuegos, urbe cubana con gran valor histórico y patrimonial, existen varios lugares destinados a la venta de productos en calles y parques. Los artesanos se ubican en dos cuadras del boulevard y algunos espacios del Corredor Santa Isabel, calles peatonales que circundan el Parque José Martí y el Centro Histórico de la ciudad. Pero el buen arte cienfueguero no se conforma solo con acaparar la atención de turistas y visitantes cubanos en esas calles. También exponen y venden en el Palacio de Blanco, un edificio de gran valor arquitectónico situado en el mismo boulevard, que ha sido restaurado por los mismos artesanos y actualmente es un espacio ferial para sus obras.

Goh Park y su esposa Kyung Hee son una pareja coreana que viene por primera vez a Cuba, pero que han viajado por otros países de Asia. “Hemos visitados varias `ferias´ en Cuba y en todas nos tratan de vender objetos muy hermosos pero caros”, manifiesta el señor Park. “Creo que los precios de las obras de arte están muy altos. Es cierto que son una muestra de la cultura del país, pero en otros lugares venden productos similares a precios más bajos. No sé por qué cuesta tanto algo como una boina negra con una estrella blanca”, agrega. Su esposa, entre tanto, examinaba cada una de las obras extasiada. Al parecer es una amante de las cosas hechas con caracoles y los tallados en madera. “Para mí es una felicidad ver la cantidad de materias primas que usan y la destreza que tienen los creadores. A mí no me importan los precios, al final, ¡el arte no tiene precio!” exclama contenta la joven asiática.

Samantha Bradley y su esposo Richard ya han venido otras veces a Cuba. Santiago de Cuba y Varadero fueron las primeras ciudades que visitaron. “Esta vez no tenemos pensado llevar muchas cosas. Pero la primera vez que vinimos compramos varias camisetas con la foto del Che Guevara para nuestros hijos y algunas artesanías”, afirma Richard. “Es lindo que en cada ciudad cubana existan lugares como éste, donde puedes comprar recuerdos de tu viaje a buenos precios y con una calidad superior. Al parecer los cubanos son maestros en todo eso de hacer obras de arte con cualquier material”, agrega.

Muchos impuestos
Esta pareja reconoce que algunas cosas son mucho más baratas que en otras naciones, como la ropa o la comida. Sin embargo las obras de arte tradicional o las artesanías locales siempre han tenido precios relativamente altos, dada la escasez de la materia prima y los altos impuestos que deben pagar los artesanos.

Pero, ¿por qué es tan cara la artesanía cubana? No todos los artesanos escogen vender sus obras por medio de la gestión de la ACAA y el FCBC. Cuando sus obras son vendidas a través de esta entidad deben pagar un impuesto cuantioso. Por ello la mayoría prefiere comercializarlas en ferias artesanales donde pagan un impuesto fijo sobre su patente de creadores-venderores de hasta un 27%.

Por tal motivo, las ventas en tiendas y locales están gravadas por un impuesto de casi la mitad del costo: 40 % al FCBC y 7 % a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT). A pesar de estas limitaciones, son muchos los artesanos que venden sus productos a lo largo de toda la isla. Claramente, el esfuerzo vale la pena.

• > Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA)
• Los balseros
• La casa del artesano

Versión Principiantes – A2

Artesanía cubana.


Cuando se visita Cuba es imprescindible ir a una feria de artesanías. En ellas siempre se puede conseguir un buen recuerdo de la isla. Sin embargo el vender en las ferias cubanas no es tarea fácil. Los artesanos necesitan no solo estar registrados sino que también pagar hasta 47% de impuesto sobre el precio de sus productos.

Es por esto que los turistas piensan que las artesanías en Cuba son más caras que en otros lugares y sobre todo más caras que cualquier comida o prenda de vestir que se quiera comprar en la isla.

Aún así muchos profesionales han dejado sus trabajos y se han dedicado de lleno a la producción de artesanía. Más allá de un pasatiempo, este oficio es también una manera de ganar más dinero. Por ejemplo, hacer y vender artesanías es más lucrativo que dar clases en una escuela.

Los artesanos en Cuba tienen así la posibilidad de mejorar su calidad de vida y de poder dar a conocer las bellezas de la isla.

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 Presente Indicativo

B2 El presente del subjuntivo .

Vocabulario

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