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El oficio de lector de tabaquerías es una antigua tradición de Cuba que se combina con el reconocido proceso de hacer habanos. Esta labor está muy vinculada con la forma de ser del pueblo isleño, pues el tabaco los distingue en todo el mundo y está presente en su historia desde el descubrimiento de América. Por tal motivo, recientemente se reconoció este singular trabajo como Patrimonio Cultural de la Nación por su importancia en la cultura y la identidad cubana. Para conocer un poco más al respecto, aquí les presentamos la historia de una joven lectora llamada Marjoris…

Texto y fotos:Sabdiel Batista Díaz
País: Cuba

u trabajo es pausado, tranquilo, sereno. Su voz se escucha en todo el salón donde están los torcedores. Desde su puesto de trabajo cada torcedora de tabacos conoce lo más reciente de las noticias internacionales y nacionales gracias a la voz del lector de tabaquería, una persona que pasa gran parte del día leyéndoles historias a sus compañeros.

El oficio de lector de tabaquería forma parte inseparable de la identidad del pueblo cubano, porque está asociado al “cubanísimo” proceso de hacer habanos. Es así como la Fábrica de Tabacos Quintero, de la provincia central de Cienfuegos, cuenta con una mujer que realiza este trabajo.

Aunque históricamente esta labor se asocia con un hombre, el honor de ser la lectora de esta fábrica le tocó a Marjoris Pupo Vázquez. Esta joven, de 28 años, estudió primero la carrera de Pedagogía y luego de hacerse Licenciada en Educación llegó a esta tabaquería, donde lleva ya dos años.

“La lectura de Marjoris te saca un poco del ambiente del trabajo y te divierte. Además, cuando se pone a leer las noticias de los periódicos te ayuda a estar informada”, argumenta Juana María, una de las torcedoras de la fábrica.

Por las mañanas, Marjoris lee las noticias de los periódicos bien temprano y después a las 10:15 A.M continua con algún material que escogen los trabajadores. “A veces son novelas románticas, policíacas o hasta revistas y después por las tardes les leo de nuevo otro fragmento del mismo texto de la mañana. Ellos me piden un material determinado y yo lo estudio y lo repaso antes de leérselo, para explicárselo si tienen alguna duda”, afirma la joven.

Difundir la cultura

La galera de torcedores donde trabaja Marjoris tiene más de 50 trabajadores, la mayoría son mujeres, algunas de las cuales estudiaron y ejercieron diversas profesiones antes de llegar al torcido.

“Hay personas a las que les gusta mucho un tema diferente, y entonces tenemos que ponernos de acuerdo. Por lo general lo que más prefieren son las novelas románticas y las policíacas, pues los torcedores en su mayoría son mujeres; aquí mismo son más del 90% mujeres y las novelas son lo que más les gusta”, agrega Marjoris.

“Aunque no lo parezca es un trabajo que también lleva estudio. Si es una novela trato de leerla antes. Mis compañeras de trabajo son muy curiosas y me preguntan por el epílogo, pero no se lo digo para que se mantengan escuchando hasta el final. También tengo que estudiar y practicar mi lectura, porque cuando habla un personaje masculino tengo que poner una voz diferente a la de una mujer o de un niño. Aquí yo les estoy contando una historia mediante mi lectura y tengo que cumplirlo al máximo”, añade.

Ser lector de tabaquería ha sido siempre una profesión orientada hacia la difusión de la cultura y del conocimiento a favor de los tabaqueros, pero hoy, además, está dirigido a mantener informados a los trabajadores sobre las noticias de su ciudad y su país.

“Para nosotros como torcedores es muy importante el trabajo del lector. Fíjate que a veces en la casa no tenemos tiempo de ver las noticias en la TV o leer los periódicos, y mucho menos de escuchar una novela radial o leer un libro. Con ella aquí podemos estar informados y de vez en cuando divertirnos con alguna novela que nos lee”, señala Rafael, uno de los pocos torcedores en esta fábrica de tabacos.

Entre el olor del tabaco

La historia de Cuba consigna que la tradición comenzó a fomentarse en 1865 en la fábrica El Fígaro, por iniciativa de un joven asturiano, escritor y tabaquero, Saturnino Martínez. Muy pronto se extendió el ejercicio de la lectura en las fábricas y talleres de despalillos del país y de varios asentamientos de la emigración cubana. Los discursos patrióticos de José Martí, fueron leídos también en voz alta en las tabaquerías de Tampa y Cayo Hueso a los obreros que vivían exiliados en esas dos ciudades norteamericanas.

Los lectores de tabaquerías comenzaron su trabajo pagado mediante una modesta cuota semanal entregada por los obreros, costumbre que perduró hasta la Revolución en 1959. Hoy este es un puesto de trabajo igual que el de sus compañeros torcedores, con un horario y ciertas normas que debe mantener.

Aunque en sus inicios la lectura se realizaba por trabajadores designados, los que se turnaban cada cierto tiempo, hoy no es así. Ahora esa plaza la obtiene una persona con las habilidades para ello y muchas veces existen varios postulantes optando por ese puesto.

Aptitudes y virtudes

Nos cuenta Marjoris que el lector de tabaquerías debe tener las aptitudes necesarias: voz clara y pronunciación correcta, ser lo suficientemente culto para poder interpretar cuando lee o, en muchas ocasiones, aclarar las dudas o servir de intermediario en debates sobre materias literarias, el acontecer nacional y hasta temas científicos.

“Nuestro trabajo es un poco monótono, aburrido, pero con las lecturas de novelas y noticias el día pasa más rápido y te ayuda a aprender un poco más. Incluso a veces nos lee cuentos o libros de ciencia ficción y con eso aprendemos mucho”, manifiesta Adela, una de estas torcedoras.

“Me gusta mucho cuando los torcedores están calladitos, atentos a todo lo que leo, sobre todo cuando me llaman a sus puesto para preguntarme cómo continúa cada cosa. Las novelas es lo que más me gusta leer; anoto los nombres de los personajes y le pongo a cada uno características que los distingan para que parezca más real para los trabajadores”, cuenta Marjoris.

Señala que muchas veces tiene que hacer una pequeña encuesta entre los trabajadores para saber los temas que más les gustan o se discuten en las reuniones del sindicato. “Esta profesión se parece mucho a cuando impartía clases en una escuela, porque ellos también buscan temas interesantes e instructivos, que sirven para aumentar su cultura general”, concluye Marjoris.

¿País de lectores?
Una encuesta realizada en 2010 por el Centro de Estudios de la Juventud de Cuba, demostró que, aunque mucha gente lee, en la adolescencia se suelen abandonar los libros. El estudio señala que la satisfacción emocional a través de la lectura disminuye entre los 14-17 y los 21-23 años, para luego volver a aumentar hacia los 27-30 años. Los jóvenes cubanos suelen leer por las exigencias académicas y no solo por el placer de hacerlo. En 1996, un estudio anterior del citado centro había constatado que eran los estudiantes de 15 años los que menos leían. El país trata de cambiar estos resultados con el “Programa Nacional de la Lectura”, en el que trabajan los ministerios de Educación y de Cultura y diversas entidades del mundo editorial y social. La Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que reúne a los obreros cubanos, incluidos los tabaqueros, y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que agrupa a los campesinos que cosechan el tabaco, están presentes en este programa. Con él se busca estimular el hábito de lectura, esencialmente en las edades más tempranas y lograr que las nuevas tecnologías sirvan también para promover el interés por los libros.





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Versión Principiantes – A2


Lectores de tabaquería.


La lectura y los habanos cubanos tienen una conexión “más allá de lo evidente”. Las empresas tabacaleras desde 1865 han designado a una persona para que lea noticias y novelas a los obreros que tuercen los habanos, quienes son conocidos como “torcedores”.

Marjoris una joven cubana de 28 años es la lectora de una fábrica de habanos. En este artículo, ella nos cuenta que por la mañana lee las noticias nacionales e internacionales; y a media mañana y media tarde lee una novela romántica o policíaca, dependiendo de lo que los obreros quieran escuchar.

Marjoris comenta que los lectores tienen que prepararse para no solo hacer las voces de los personajes, sino para explicarles a los torcedores cuando tienen dudas.

Este trabajo es una tradición cubana que entretiene y ayuda a que el trabajo de hacer los habanos no sea monótono y que los trabajadores estén siempre informados.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Lectores de tabaquerías

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘ Perifrasis Verbales .

B2 ‘ Perifrasis Verbales . .

Vocabulario

Lectores de tabacalera

Los libros .

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