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Roberto L. Pettit es un barrio capitalino distante a escasos 6 km del centro de Asunción. Tiene un alto índice de criminalidad y de deserción escolar. “Es una zona peligrosa”; “hay que cuidarse”; “no hay que ir solo a ese lugar”, son las típicas frases de gente que no conoce este sitio de 25.000 habitantes. Pero en medio de la pobreza, de la miseria y, a veces, de la falta de esperanza, diariamente se oyen violines, trompetas y tambores interpretados por la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura. ¡Sí, instrumentos reciclados! Este verdadero milagro artístico es obra del profesor Favio Chávez y de los alumnos de la Escuela pública “Clara Piacentini”, que desde hace siete años crearon esta agrupación que ya es conocida, incluso, a nivel internacional.

Texto y fotos: Eduardo Quintana
País: Paraguay

ateura es un vertedero donde van a parar todos los desechos de gran parte del área metropolitana de Asunción. Algunos recicladores y buscadores de “tesoros en la basura”, denominados gancheros, trabajan ahí desde hace varios años. En este lugar, el profesor Chávez, que es técnico ambiental de profesión, comenzó un proyecto cultural y a la vez ambiental con los vecinos que querían hacer algo diferente.

Así es como en 2006, con la colaboración de algunos gancheros y de un carpintero, comenzaron a fabricar los primeros instrumentos musicales con objetos reciclados de la basura. Lo que comenzó como un proyecto pasajero terminó siendo un programa que hoy aglutina a 30 niños y adolescentes que ya forman parte de la orquesta y otros 25 que forman la escuela de música.

Pero el camino no ha sido fácil. ¿Una orquesta sinfónica en medio de la pobreza? Fue una de las primeras grandes interrogantes que se hacían tanto padres como vecinos de la villa. Luego de superar ese mito, hubo otros problemas. Por ejemplo, las familias de los chicos tenían problemas económicos y sociales.

Según relata Chávez, algunos niños se crían solo con sus madres, abuelas o tíos, y no tienen un apoyo seguro para una precoz “carrera musical”. Algunos abandonaron la orquesta porque tuvieron que comenzar a trabajar para ayudar a sus familias. “Los padres trabajan entre 14 y 16 horas al día. Los niños están desprotegidos y se enfrentan a cualquier peligro. No tienen muchas opciones recreativas. Por eso, la orquesta es una herramienta alternativa para canalizar sus energías o emociones”, señala.

El profesor comenta que la experiencia de hacer instrumentos musicales a partir de objetos reciclados existe en algunas partes del mundo. El caso más emblemático es el grupo musical humorístico argentino Les Luthiers. Pero la innovación en este caso está en insertar instrumentos dentro de un proceso educativo.

De olla a violín

El primer instrumento creado fue un simple violín hecho de una olla tirada a la basura. Favio presentaba el objeto en sus charlas ambientales en escuelas y colegios. Pero luego, con el ganchero carpintero, se buscaron otros objetos que podrían servir para elaborar diferentes instrumentos. Así fue como crearon violines, violas y chelos.

El profesor, antes de ser técnico ambiental, enseñaba música en su natal Carapeguá, a 84 km de Asunción. Así que esa experiencia la quiso replicar en la capital. Lo hizo con hijos de los gancheros, mientras gran parte de la comunidad se mostraba escéptica con respecto a la duración del proyecto.

Un metalúrgico amigo, al ver la experiencia, decidió colaborar con ellos y les regaló los instrumentos de viento. En los primeros meses, el proyecto fue financiado por una empresa privada, pero luego venció el plazo y fueron ONGs las que apoyaron a la orquesta.

La mayor parte de la financiación proviene de los conciertos ofrecidos, algunos de ellos cobrados y de actividades organizadas por los padres. Con eso pueden pagar a otros profesores, viajes en el interior y exterior. Actualmente, también cuentan con un apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec), dependiente de la Secretaría de Cultura del Paraguay. Además, a partir de enero de este año, los niños accedieron a un curso gratuito de inglés que les brindará la posibilidad de presentarse en países anglosajones.

Lo que más llama la atención es que el grupo recibe más llamados, convocatorias e invitaciones por parte del exterior que desde Paraguay mismo. La orquesta ya tocó en Brasil, en la Cumbre de Río, en Panamá y en Colombia. Para este año, hay proyectos que apuntan a España, EE.UU., Argentina, Noruega y Brasil.

Un gran esfuerzo

Favio resalta que tienen la obligación de practicar en vacaciones, ya que ensayan en una escuela pública del barrio porque no tienen un local propio. Por ello, casi siempre se ven limitados. Dependen de las clases y del permiso otorgado por las autoridades de la Escuela “Clara Piacentini”, que casi siempre se muestran abiertas a colaborar con las actividades de la orquesta.

Valencia Báez, de 20 años, está en la orquesta desde hace tres años. Toca la viola. Es de la ciudad de Acahay y actualmente, estudia la carrera de licenciatura de música en la Universidad Nacional de Asunción. Cuenta que no conocía absolutamente nada de música y que gracias al profesor Favio pudo conocer este nuevo mundo.

“Cuando comencé me preguntaron qué quería tocar. Como no conocía nada, me dieron la viola. Ahora, quiero ser una gran profesional. A través de la música conozco mucha gente, tengo experiencias nuevas”, Pero hacer música en Paraguay sigue siendo difícil, no hay mucho apoyo, asegura. “Si estudiás medicina o derecho te desean un gran futuro, pero si les decís que estás estudiando música muchos se quedan sorprendidos”, asegura Valencia, que se encarga de enseñar a los alumnos principiantes cada sábado.

Recuerda que algunos compañeros tuvieron que dejar la orquesta para mantenerse económicamente. “Con este grupo, los chicos aprecian la música e invierten tiempo en buenas obras. Gracias a esto, no están metidos en las drogas o en la delincuencia. Esto representa una gran oportunidad para mí y para mis compañeros, para demostrar que hacemos cosas diferentes a lo que la gente piensa que se hace en este barrio”, añade.

Por su parte, Ada Ríos Bogado, de 14 años, violinista del grupo, asegura que encaja en la orquesta porque la música es su pasión. “Por acá hay más basura que gente, pero la orquesta muestra que hay otras cosas que hacer en esta zona. Además, usando los instrumentos reciclados estamos contribuyendo al medioambiente. Particularmente quiero estudiar música en la universidad, así que la orquesta me ayuda a cumplir mis sueños”, manifiesta.

Ada, que está en el 9º grado, resalta que la orquesta es original y que sus compañeros de aula se sienten orgullosos al tenerla. Comenta que le gusta tocar en colegios, escuelas y presentaciones empresariales. Actualmente practica una hora diaria en su casa.

Lentamente, salgo de la escuela, y mientras aún se oyen algunas melodías a pocas cuadras del ensayo, en Roberto L. Pettit, los vecinos siguen con la rutina de buscar agua limpia, reciclar basura y juntar algunos billetes que les ayude a comer en el día. La música ya terminó.

Décadas de basura
El vertedero Cateura, ubicado en la periferia de Asunción (en el extremo sur de la ciudad) fue creado hace unos 40 años para solucionar la necesidad de cobertura a la basura. Se pensó recibir unos pocos cientos de toneladas por día, pero en la actualidad recibe periódicamente alrededor de 1.500 toneladas de residuos. Esta basura viene de hogares e industrias, de un total de casi dos millones de usuarios de la capital y de ciudades satélites. De todo lo que recibe, solo el 20% de estos materiales son reciclables. Hoy en día existen entre 1400 a 1500 gancheros que se dedican a reciclar y separar la basura de lo que podría seguir sirviendo. Esos gancheros son los que proporcionan los materiales a la Orquesta de Instrumentos Reciclados. Sin embargo, los recicladores están expuestos a contraer diversas enfermedades porque no cumplen con las normas sanitarias mínimas para realizar ese trabajo. Cabe mencionar que los pequeños músicos no están en contacto directo con la basura.





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Versión Principiantes – A2


Musica sacada de la basura.


A 6 kilómetros del centro de Asunción, se encuentra la “Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura”. Roberto L. Pettit es un barrio peligroso donde casi todos sus habitantes viven de la recolección de basura del vertedero de Cateura. El profesor Favio Chávez comenzó un programa de música, pero los chicos son pobres y no tienen dinero para instrumentos. Por eso, ellos hacen sus propios instrumentos, reutilizando material del vertedero para hacer los violines, chelos, tambores, etc.

El programa de música ayuda a que los niños de este barrio no caigan en la criminalidad o las drogas y que tengan algo por lo que luchar. Hoy en día son famosos fuera de Paraguay y fueron invitados a tocar a varios países.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Música que sale de la basura

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A2 ‘ Adverbios de tiempo .

B2 ‘Condicional compuesto . .

Vocabulario

La música sacada de la basura

La música .

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