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Un adicto a las aventuras radicales es Raúl Cabrera. Este ecuatoriano practica surf y snowboard; además domina el BMX y el stand up paddle. Por cerca de 20 años viajó alrededor del mundo. Contó con el apoyo de una red de contactos hecha a medida que iban transcurriendo sus andanzas. Raúl es un trotamundos que ha conocido cerca de 80 países con “la incertidumbre como aliada”; nunca ha tenido rutas preestablecidas, priorizando siempre la vida comunitaria por sobre la cuenta bancaria. Uno de sus últimos oficios fue la dirección de un documental que proyectará el espíritu errante.

Texto: Giancarlo Grondona
Fotos: Raúl Cabrera
País: Ecuador

aúl siempre manifestó indicios aventureros: siendo pequeño, imaginaba que su armario era un portal tridimensional capaz de llevarlo a cualquier lugar del mundo. “Incluso inventaba palabras en idiomas que apenas conocía”, afirma. Creció en Guayaquil, en una familia numerosa (es el menor de seis hermanos) y privilegiada en términos socioeconómicos, acostumbrada a viajes por el continente americano y a colegios exclusivos.

Sin embargo, la enfermedad de su padre provocó que el estilo de vida de los Cabrera-Orozco fuese más cercano al del ecuatoriano promedio: sin comodidades ostentosas. En la adolescencia, Raúl se faltaba del colegio para ir al balneario de Montañita, que describe como “paraíso multicultural”, donde aprendió a surfear. En ese lugar hizo amistades que le permitirían posteriormente comenzar su periplo por el mundo, en busca de grandes olas y más amigos.

Su condición de trotamundos, que mantuvo por casi dos décadas, a pesar de las carencias económicas que ello implica, posibilitó que aumentase de manera impensada su red de contactos y también el número de disciplinas deportivas que practica: BMX, stand up paddle y snowboard. Debido a esta última, trabajó en algunos países como instructor, oficio que fue uno más entre aquellos que realizó durante su prolongado recorrido por 80 países. También atendió tiendas comerciales y enseñó idiomas (domina ocho), labor que logró respaldar con un postgrado en educación y pedagogía obtenido en Nueva Zelanda.

Cuando tu padre enfermó, perdiste muchos privilegios. ¿Pudo tener eso que ver con que te alejaras de los convencionalismos para conocer el mundo?

Sí. Mi padre era un excelente hombre tanto en los negocios como en los roles familiares. Él me dijo que los huesos de todas las personas son blancos, que es una metáfora a partir de la cual me enseñó a tratar a todos de la misma manera, aunque fuera un barrendero o el Presidente de la República. Producto de que alguna vez fui pudiente, en términos económicos, y después alguien que solo sobrevive, he valorado la cristalización de mis sueños. Si hubiera viajado por el mundo con el dinero de mi padre, no lo disfrutaría como lo hago ahora. He vivido un cúmulo de aventuras, aunque en muchas de ellas no tuviese un lugar estable para pasar la noche. Comprobé que puedes tener todas las comodidades deseadas y no ser feliz.

Influencias y apoyo

¿Reconoces alguna influencia de la película hollywoodense Point Break, un clásico de la cultura pop, entre los factores que te condujeron a construir una vida como surfista que va contra el sistema?

se estrenó esa película que marcó mi vida. Esos tipos tenían ideales claros y su afición al surf los llevaba a los lugares más idóneos para practicar ese deporte. En ese entonces, yo empezaba a viajar por Ecuador. Esa obra maestra me instigó a luchar por aquello que quería a temprana edad.

¿Hay algún influjo literario que te haya motivado a viajar por el mundo haciendo lo que te apasiona?

Durante una charla en una universidad en Dinamarca, me etiquetaron como el “Jack Kerouac moderno”. Leí “On the road” hace algunos años y me encantó, pero yo creo que existen personas que trazan su propio destino, y, por ende, influyen en la vida de otros. Mi libro favorito es “El alquimista”, de Paulo Coelho, que realmente ha sido una fuente de inspiración. En realidad, si bien algunas obras literarias y cinematográficas marcaron mi existencia, desde que era niño supe que mi destino lo forjaría recorriendo países.

Los deportes que cultivas, que no son masivos ni generan grandes remuneraciones, ¿ propician la solidaridad y el espíritu de camaradería que señalas como el principal sustento de tu estilo de vida?

Las personas que practican estos deportes se diferencian por su espíritu libre, y, tal vez, porque han alcanzado el nirvana. Son héroes anónimos que promueven disciplinas empujados por la pasión que irradian. Ellos pretenden inspirar a la juventud para que persiga sus sueños. Y es cierto que muchos no reciben ningún sueldo, e incluso deben financiar sus viajes. También hay muchachos con talento que no logran surgir, pero que nunca muestran una mala cara como Jonathan Camacho, que tiene potencial para ser campeón mundial de BMX. El mayor impedimento de este afro-ecuatoriano es su aspecto, que no le permite conseguir auspiciadores, debiendo realizar piruetas en la calle para subsistir.

¿Cómo lograste que tus viajes se plasmasen en un documental con escaso apoyo de auspiciadores?

Al cabo del periplo mundial de dos décadas, me di cuenta que debía hacer algo para influenciar a generaciones venideras a mantenerse fiel a sus metas y agradecerle al sinfín de personas que me apoyaron de muchas formas. Cuando decidí que sería un documento audiovisual, seleccioné entre los contactos a quienes eran afines al proyecto. Nos han hecho ofertas para cambiar de formato a fin de exhibirlo en TV, que hemos rechazado, puesto que creemos que la valoración social del documental no tiene precio. Que cuente con poco auspicio de la empresa privada no iba a detener el rodaje, sobre todo después de los sacrificios familiares y financieros que habíamos soportado.

Su visión latina

Después de visitar 80 países, ¿ves la vida desde otra perspectiva en relación a cuando eras más joven y empezabas a viajar?

Sí, aun cuando a veces me siento idiota al pensar que todavía no tengo ningún bien material. Sin embargo, mediante un análisis más acabado concluyo que, estando de regreso en mi país, ya no pienso que soy mediocre. Hoy imagino que estuve en tierra de gigantes y regresé a Lilliput creyéndome Gulliver. Tal como yo salí a conquistar el mundo, quiero transmitir la idea de que cualquiera puede hacerlo; basta con creer en uno mismo.

¿Cuál es la diferencia más notoria que ves entre los latinos y las personas que pertenecen a otras culturas, o qué es lo que nos distingue culturalmente?

En cuanto a la expresión de los sentimientos, no hay nadie como los latinos. Nuestra América morena recibe al foráneo con los brazos abiertos; somos cálidos en todo aspecto. Así y todo, doy fe de que en cualquier país te pueden ofrecer techo y alimentos a cambio de nada.

¿Qué tipo de vivencias ocurridas en América Latina rescatarías?

Siempre recuerdo aquella ocasión en las Islas Galápagos, en la que encontré el final de un arcoíris en un acantilado, en lo que era una cueva en el mar. A raíz de la curiosidad, evalué tirarme a pesar de los 21 metros que me separaban del lugar. Finalmente no lo hice. La sospecha sobre la existencia de un tesoro pirata en esa cueva no me abandonó. Volví en más de una oportunidad sin hallar nada.

Su faceta de cineasta
Además de su afición a los viajes y a los deportes extremos, Raúl extiende su currículo con una nueva ocupación: director de documentales. A cargo de un equipo de filmación que se desplazó por 25 países, contaba con el pretexto perfecto para volver a lugares paradisíacos. Ahí se reencontró con gente “de diferentes etnias, clases sociales y nacionalidades”, que en el pasado reciente colaboraron con su travesía de distintas formas: algunos con aliento e inspiración, otros con un lugar para trabajar y un sofá para alojar. Nomad-A, que es el nombre del documental, está basado en historias como la del skater cubano Alexander Borrego, residente en Suecia, que ayuda a quienes comparten su pasión en su país con monopatines viejos, o la del surfista irlandés Fergal Smith, cuyo origen campesino no le ha impedido domar las olas más peligrosas del planeta.





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Versión Principiantes – A2


El cacerolazo.


El cacerolazo es una forma de protesta social. Nace en Chile en la década de los 70 bajo el gobierno de Salvador Allende. Actualmente es una forma de protesta que se usa en varios países, en especial en Argentina, donde a menudo las personas salen a las calles a protestar por el desempleo, la impunidad, la corrupción, la inseguridad.

El cacerolazo consiste en golpear una cacerola con un cucharón o golpear las tapas, todo para general la mayor cantidad de ruido posible. Otros países donde se hace ese tipo de protestas son: Venezuela, España, Paraguay y Uruguay.




Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Raúl Cabrera un nómada posmoderno

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘ Reservar una habitación .

C1 ‘El trabajo (preparación DELE C1) . .

Vocabulario

El cacerolazo

La polítca .

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