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La mejor forma de subir al cerro Roraima, una de las expediciones más interesantes que se pueden hacer en Venezuela, es contratar porteadores. Estos cargadores normalmente pertenecen a la etnia autóctona de los pemones, gente sencilla y amable, que se encarga de guiar la expedición, llevar los equipajes y otros utensilios. A lo largo de este viaje de seis días, con muchas subidas y bajadas, nuestro periodista tuvo la posibilidad de conocer y compartir con esta comunidad indígena. Ello le permitió no solo constatar la nobleza y entereza que transmiten estas personas, sino que además, conocer algunas de sus tradiciones.

Texto: Daniel Duque
País: Venezuela

n octubre de este año tuve la oportunidad de ser invitado como periodista por una agencia de viajes local llamada “Akanan”para vivir y luego relatar la experiencia vivida en el monte Roraima. Tras pasar por la ciudad más cercana al cerro, Santa Elena de Uairén, llegamos a ParaiTepuy, un asentamiento obligado para todo aquel que pretenda llegar al Roraima. Allí contratamos a nuestros porteadores, quienes llevan a sus espaldas una especie de cesta hecha de bambú llamada “guayare” que es bien ligera y resistente.

Estos porteadores son de la etnia pemona, que en su lengua significa “persona”. Pero, ¿quiénes son, de dónde provienen y qué lengua habla este grupo indígena sudamericano?

La tribu pemón está compuesta aproximadamente por unas treinta mil personas. Habitan en el sureste de Venezuela, particularmente en el Parque Nacional Canaima (Estado Bolívar), en el estado de Roraima (Brasil) y en Guyana. Hablan en lengua pemona, que está formada por varios dialectos mutuamente ininteligibles. Entre ellos destacan el arekuna (zona norte y centro), el kamarakoto (zona noroccidental) y el del sur (Gran Sabana), que fue el que escuché en mi reciente visita al Roraima.

Los pemones que conocí hablaban en taurepán, un dialecto que tiene muchos sonidos vocales. Con mi grupo de viaje solíamos bromear cuando comenzaban a comunicarse en su lengua. Decíamos que de nuevo se habían puesto a hablar en “chino”. Les pregunté si entre ellos entendían los otros dialectos; me explicaron que ahora no mucho, pero que sí lo hacían en tiempos pasados, cuando el trueque los obligaba hacer las negociaciones.

Gente encantadora

Los pemones son bien diferentes a otras etnias autóctonas venezolanas, como por ejemplo los yanomamis, que viven en el Amazonas (entre Venezuela y Brasil). Este pueblo, en particular, se nutre de la selva, y son una muestra clara de cómo la evolución ha tardado en llegar a los lugares remotos.

En cambio, los pemones en Canaima viven occidentalizados: la mayoría lleva nombres como José Luis, Carlos o incluso nombres anglosajones como Alex. Esto se debe a que su principal fuente de trabajo es el turismo. Son muchos los extranjeros que vienen de muy lejos a conocer las maravillas de la naturaleza que ofrece este país. De hecho, las empresas de aventura se disputan sus labores, sabiendo que estos hombres son los mejores para manejarse en su área.

Uno de ellos, Jefferson, me contó que varias veces han surgido amores entre pemones y turistas. A estas relaciones los guías las llaman “amores Pocahontas”. Es que la dulzura y amabilidad de esta gente se hace notar. Sus miradas, palabras y acciones reflejan muchas emociones. Por ejemplo, cuando comías y apenas levantabas la mirada, te preguntaban si deseabas algo y corrían a buscártelo. Por ello, es común entonces que los turistas sucumban al embelesamiento y les prometan cosas.

Lo lamentable es que, según los testimonios pemones, luego de que estos turistas se van, por lo general, también se alejan del cumplimiento de su palabra. Por ello, los pemones a los hombres “blancos” o criollos, también los llaman “racionales”. Dicen que son calculadores e interesados, y al medir, siempre, se guían más por la razón que por el corazón y la intuición.

Sistema político-social

Conversar con los pemones para mí resultaba más agradable que hacerlo con mi grupo turístico, debido a su humildad, cariño y sinceridad. Llevando más de 15 kilos al hombro, respondian a mis preguntas con una sonrisa. Bromeaban conmigo si yo bromeaba con ellos.

Aproveché de conocer acerca de sus vidas y su forma de pensar. Uno de ellos, Ramón Castro (47 años), me comentó que trabajó un tiempo en Caracas haciendo churuatas. Le pregunté cómo le había parecido la ciudad. Me contestó: “mucho de todo; mucha comida”.

Me contaron que ellos tienen su propia autoridad: el cacique, quien rige la administración de sus leyes. Éste es elegido por la gente según la experiencia que tenga. A la vez, hay un líder que rige varias comunidades: el capitán general. Cabe resaltar que cuando regresamos del Roraima pasamos por el poblado de San Francisco de Yuruaní (cuyo nombre pemón es Kumarakapay) y allí estaba el capitán general rodeado de gente trabajando la tierra.

Les pregunté si aún cazaban y me explicaron que muchos de ellos sí. Usan arco y flecha de grandes proporciones, tanto que para lanzarlos se acuestan y utilizan sus piernas. Para llevar las puntas de sus lanzas emplean un bello objeto llamado la torá.También me contaron que en su cultura los hombres y las mujeres son tratados por igual; la única diferencia es que se dividen las labores según su fuerza. Es por ello que el hombre siembra el conuco y la mujer lo cosecha.

Sus creencias

También aproveché el tiempo para indagar un poco acerca de su vida espiritual. Fue así como me hablaron de los tarén: rituales que son un componente esencial en su vida. En esta manifestación, el pasado, lo mítico, el presente y el futuro confluyen a la vez al compás de la invocación y el canto, creando así un estado sagrado.

Los realizan en momentos significativos como cuando a las mujeres les viene por primera vez el período menstrual. Para ello usan la planta de onoto que les permite “retirar” la mancha. Crean una preparación que la untan en la cara y todo el cuerpo, buscando así espantar a los malos espíritus.

Cuando le pregunté a Lucía, familiar de un cacique y dueña de un negocio en Pacheco, si ella creía en estos espíritus a los que algunos llaman “canaimas”, me respondió con firmeza: “Claro que todo eso existe, porque todavía estamos en la Tierra”.

Le dije a Lucía que iba a escribir acerca de su comunidad. Se alegró al escucharme y fue rápidamente a su casa y salió contenta con el libro RoroimökokDamük (“Nosotros la gente del Roraima”). Su gesto fue tan agraciado como las primeras líneas que leí. Saqué mi libreta y tomé nota acerca de los principios que rigen la cultura pemona: “Es obligación moral mantener vivo el espíritu de lucha para obtener logros significativos para la comunidad. Los adversarios fortalecen el carácter, son útiles para desarrollar la creatividad y la imaginación”.

La verdad es que esta experiencia fue muy reveladora y gratificante. Y por todo esto no me queda más que decirles WaküpeKuruman (“muchas gracias”) a los pemones por su nobleza natural. Hasta siempre.

Algunos datos…

- Según cuenta su tradición, todo fue originado por Wei (El Sol) quien viene a ser el padre de los pemones.

- La historia cuenta que Tuenkaron es el alma de las aguas y castiga duramente a quien se atreva a profanar su hábitat.

- Son muchas las deidades que integran sus creencias: Tawa, la primer mujer; fue quien estaba hecha de arcilla blanca que se diluyó en el río; Aromadapon, quien sí pudo resistir porque estaba hecha de piedra roja.

- Los pemones elaboran sus alimentos hasta con termitas y grandes hormigas. Su comida más tradicional es el casabe (especie de una torta delgada hecha de yuca). Les gusta comer un picante hecho a base de jugo de yuca.

- La bebida típica es el cachire (que hacen a base de yuca).

- Sus viviendas son circulares o rectangulares, de techo de paja y paredes de adobe o barrotes de madera. Muchas veces son llamadas churuatas (que significa “casa de la vida”). Su forma cónica evita que el sol llegue directamente y caliente demasiado la casa. Algunos dicen que esta “tecnología” es tan práctica que se mantiene hasta el día de hoy.







feedback
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Versión Principiantes – A2


Pemones de Venezuela.


Los pemones son una étnia que se encuentra en las montañas de Venezuela. Viven del turismo, pero no han cambiado muchas de sus costumbres ancestrales. Son personas nobles, amables y atentas. Trabajan llevando a las espaldas los equipos y equipaje de los visitantes al monte Roraima. Los pemones son conocidos por ser los mejores guías y son muy cotizados por las agencias de viaje.

En su camino a la cima nuestro periodista pasó mucho tiempo con ellos y descubrió cosas interesantes. Algunos trabajaron un tiempo en la ciudad. Su dialecto es el taurepán, pero hay muchas tribus de pemones y no todos hablan el mismo dialecto. Tienen un cacique en cada poblado y un cacique general que rige sobre todos. Los hombres y las mujeres son iguales, solo que se dividen el trabajo de acuerdo a su fuerza física, por eso los hombres siembran y las mujeres cosechan.

Los pemones tienen un código de vida: “es obligación moral mantener vivo el espíritu de lucha para obtener logros significativos para la comunidad. Los adversarios fortalecen el carácter, son útiles para desarrollar la creatividad y la imaginación”.



Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Los pemones

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘ Femenino y Masculino .

B2 ‘Conjunciones . .

Vocabulario

Los pemones: tradición indígena entre dos mundos

Vocabulario Resumen .

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