La peregrinación a Santiago de Compostela se transformó desde su inicio en el acontecer religioso y cultural más importante de la Edad Media. La caminata hasta la tumba del Apóstol Santiago, según sostiene la tradición, comenzó cuando sus restos fueron descubiertos en el boscoso lugar de Libredón, en Galicia. De hecho, este recorrido por territorio español, ha sido reconocido por el Parlamento Europeo como el “Primer Itinerario Cultural Europeo” y, además, la UNESCO lo declaró como Patrimonio de la Humanidad.
Por Eddy Lara Brito

esde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago, en Compostela (España), en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval.

El paso de los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela (ubicada en el noroeste, a 55 kms de La Coruña) desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida de todo un desarrollo cultural, social y económico que dejó sus huellas a lo largo del Camino de Santiago.

En la actualidad, el Camino de Santiago está considerado como uno de los principales productos de turismo cultural en España. Junto con las ciudades de Madrid y Barcelona y la Comunidad de Andalucía, esta ruta es un recurso turístico fundamental, por sus contenidos y su oferta monumental, gastronómica y de alojamiento.

Es así como esta trayecto ocupa un lugar destacado por sus contenidos temáticos, junto a productos culturales específicos, como pueden ser los museos Guggenheim en Bilbao o Gaudí en Barcelona, o acontecimientos especiales, como el centenario de un artista o personaje cultural.

Experiencia única

En qué año, quién fue el primer peregrino y cómo accedió desde Francia al Alto de Somport, un puerto de montaña localizado en Los Pirineos, es uno de los tantos secretos que la historia se guarda para ella. Fuentes e historiadores avalan que los primeros peregrinos, antes del año 1000, no entraban en España por Somport sino a través del Puerto del Palo, en Asturias (en el norte del país).

Mariano Ramírez, un peregrino venezolano que vive en España desde hace 10 años y ha hecho el Camino de Santiago tres veces, sostiene que “aunque se intente esquivar el término ‘religioso’, creo que el Camino te obliga a encarar de una forma u otra el lado espiritual, evolutivo de la vida”.

Agrega que “tal vez se deba al esfuerzo físico extremo que conlleva, o a que abandonamos el espacio urbano cotidiano y nos sumergimos en la naturaleza. Tal vez, el norte de España posea una energía intensa que nos inunda y transforma. No lo sé, pero creo que el Camino es muchas cosas, y para cada peregrino representa algo distinto y único”.

A juicio de Mariano, son incontables y poderosas las experiencias que se pueden llegar a vivir durante todo el peregrinaje. “Necesitaría horas para explicar acerca de las experiencias que se pueden llegar a tener. Pero déjame resumirlo de esta manera: El Camino marcó un antes y un después en mi vida, me fui siendo una persona, y cuando regresé había cambiado, era otro hombre”, sostiene.

Experiencia única

Tras la Edad Media y Moderna, el Camino fue perdiendo importancia. En el “Año Santo Compostelano” de 1993, el gobierno autónomo gallego decidió potenciar su valor enfocado a un recurso turístico, abriéndolo a personas con el perfil del peregrino religioso tradicional; de este modo se lanzó una gran campaña de publicidad para el Jacobeo de ese año.

La mezcla de reto deportivo con religiosidad, la búsqueda de lo auténtico, todo ello escoltado por estilos románicos y góticos, hacen hoy del Camino de Santiago una experiencia singular.

Gracias a este plan se restauraron tramos de la ruta y las infraestructuras para peregrinos. Se logró la colaboración de las comunidades autónomas por las que atraviesa el Camino en España. Desde entonces, hacer el recorrido a pie, en bicicleta o a caballo es un destino popular que reúne lo religioso, espiritual, deportivo, cultural y económico. Tal y como ha venido ocurriendo desde el principio a través de los siglos.

Respecto al perfil de las personas que hacen este recorrido, Mariano Rodríguez sostiene que ello depende en gran manera de cuándo se hace el Camino. “Durante julio y agosto hay demasiada gente, en su mayoría españoles e italianos. Durante los meses de primavera y otoño te encuentras gente de todas partes. Eso sí, predominan los centroeuropeos (alemanes, franceses, ingleses), pero también hay japoneses, americanos (desde canadienses hasta chilenos), gente de La India, de Sri Lanka, de Australia”, enumera.

Lo mismo se puede decir de las edades de los peregrinos: “Cubren toda la gama; el más joven que vi tenía 8 años, la más anciana era una señora de 77 años. En 1999 me encontré con un alemán de 73 años que vino caminando desde Treveris, en Alemania, o dos holandesas, hermanas gemelas, bien entradas en los sesenta, que vinieron a pie desde su país”.

Obstáculos y consejos

Durante los primeros años del renacer de las peregrinaciones – en la década de los 80- no existía la red de albergues actual, por lo que los caminantes eran acogidos en parroquias, lugares públicos y casas municipales. La aparición de los “Hospitaleros Voluntarios” en los años 90, dotó de personal ad honorem a los espacios que los gobiernos locales y otras instituciones comenzaban a acondicionar para atender a los peregrinos de forma gratuita. Se recuperó así la figura del antiguo hospitalero medieval, casi siempre peregrino experimentado, que mantiene las instalaciones y atiende el albergue.

De acuerdo a las palabras de Mariano, los obstáculos más comunes son, por un lado, la falta de tiempo, lo que lleva a muchos a hacerlo en varios años, y por otra parte, está el miedo que representa un peregrinaje de este tipo. “Lo peor es Galicia, y puede sonar contradictorio, pues en términos de paisaje esta zona es de lo más bello, pero te encuentras con demasiados peregrinos. Algunos tienen actitudes molestas más propias de turistas caprichosos que de peregrinos. Están dispuestos a mentir para coger una cama en un albergue, a saltarse etapas en bus o a exigir de mal modo determinados servicios a los hospitaleros, como si se tratara de sus empleados”.

¿Cuáles son los consejos que este peregrino venezolano puede dar a las personas que quieren hacer el Camino de Santiago? “Atreverse. Coger un buen par de zapatos, una mochila cómoda tan vacía como se pueda, abrir las puertas y ventanas del alma y empezar a caminar”, concluye.

Algunos Caminos interesantes
- Camino Francés: 775 kms. 31 etapas. Une Saint Jean de Pied de Port (Francia) con Santiago de Compostela. Es el eje más importante y popular de las peregrinaciones. – Camino Aragonés: 164 kms. 6 etapas. La peregrinación por el Camino Aragonés fue uno de los primeros y más utilizados trazados jacobeos.
– Camino Primitivo: 247 kms. 11 etapas. Es el punto de partida idóneo para descubrir la senda del primer Camino conocido.
– Camino del Norte: 818 kms. 32 kms. Esta vía es tan antigua como el Camino Francés. Los reyes europeos de la Edad Media se inclinaban por ella para llegar a Santiago.
-Vía de la Plata: 705 kms. 26 etapas. Por este nombre se conoce a la calzada romana que partía desde la actual Mérida y llega hasta Astorga.
– Camino Sanabrés. 368 kms. 13 etapas. Va de la mano de la Vía de la Plata y recorre una tupida red de monasterios surgidos en base a la repoblación mozárabe.
– Epílogo a Fisterra: 90 kms. 3 etapas. La ruta desde Santiago hasta Cabo Fisterra anima cada día a más peregrinos, que van atraídos por el mar y la luz brillante de su faro.
– Camino portugués: 114 kms. Este tramo está íntimamente ligado a las costumbres peregrinas y, sobre todo, a los miles de caminantes que han recorrido esta ruta.


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