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Carlos Páez Vilaró es un artista inclasificable. Nacido en Montevideo, Uruguay, en 1923, primero fue obrero artístico en Buenos Aires, Argentina. Luego, se dedicó a la pintura, la escultura, la cerámica, la arquitectura, la literatura, la música y el cine. Luego de volver a su país natal, en la década del 60 comenzó la construcción de “Casapueblo”, un hotel y museo-taller ubicado cerca de Punta del Este. En la actualidad, este magnífico lugar es el principal centro turístico de la zona y patrimonio nacional.

Texto: César Bianchi
Fotos: Archivo personal de Carlos Páez Vilaró
País: Uruguay

n 1958, Carlos Páezobra Vilaró decidió comenzar a construir su obra más importante: levantó “Casapueblo”, una especie de casa-taller levantada sobre las rocas de Punta Ballena, ubicado a 30 kms de Punta del Este.

Con la ayuda de pescadores, recogía la madera que el mar traía los días de tormenta. Desafiando estructuras que tanto respetan los arquitectos, este hombre autodidacta fue construyendo con sus propias manos y sus pinceles lo que hoy es una verdadera escultura habitable: “Casapueblo”, donde vive y trabaja en su atelier.

En 1972 la vida lo puso a prueba. Su hijo, Carlitos, fue uno de los pasajeros del avión que se estrelló en la Cordillera de los Andes. Cuando los socorristas ya se habían rendido y el mundo entero daba por muertos a los jugadores de rugby y un grupo de amigos, él encabezó una dura búsqueda. Incluso, viajó hasta Holanda para consultar al vidente más famoso de Europa. Siempre intuyó que su hijo estaba vivo. Él mismo lo fue a buscar a la nieve de la cordillera chilena cuando se supo que había 16 sobrevivientes

¿De dónde saca tanta vitalidad a los 87 años?

De mis ganas de seguir viviendo.

¿Cómo es su rutina diaria?

Trabajar. El trabajo es mi mayor descanso.

Ud. es un artista multifacético. ¿Cuál es su fuente de inspiración?

El sol es mi motor. Es mi amigo más antiguo. Viene a saludarme a diario cuando sale detrás de las montañas y a despedirse al fin de cada tarde cuando parte a iluminar otros sitios.

Las puestas de sol de Punta Ballena, ¿le quitan atractivo a su famosa ciudad vecina Punta del Este?

Creo que el sol se manifiesta igual en todos lados. Lo que sucede con mi sol es que está seguro que lo estamos despidiendo con cariño y un aplauso cada vez que se va.

Su obra más conocida es el hotel-museo Casapueblo, construido con un innovador diseño. ¿De dónde sacó su inspiración?

Primero, tengo que aclarar que el hotel es una empresa vecina a mi taller. Por supuesto como está instalado dentro de la misma estructura, muchos piensan que soy su propietario. En realidad ese sector debió ser una "escuela del mar". Ese era mi deseo inicial, pero los malos tiempos me llevaron a aceptar ese cambio. En realidad, me inspiró el hornero criollo (pájaro) al hacer su propia casa, pero también lo fue el hombre del campo, que construye su casa de adobe.

Casapueblo es inmenso. ¿Cuánto tiempo tardó su construcción?

Demoré cerca de 36 años. Cada paso o cada ladrillo que ponía, me llevaba a caminos inesperados. Casapueblo fue naciendo al paso, modelada por mis propias manos y con la ayuda de pescadores y amigos no influenciados por la arquitectura formal.

¿Qué significa Casapueblo para usted?

Casapueblo se transformó en mi propia vida. De ella parto en mis largos viajes pero siempre regreso como un bumerang. Es mi barco encallado en las rocas, con el que viajo hacia la ilusión.

Cuando su hijo Carlos fue uno de los caídos en el accidente de los Andes, usted fue uno de los familiares que más buscó. Incluso lo calificaron de loco. ¿Qué lo movió a seguir luchando por su hijo?

En parte la solidaridad de los chilenos que nunca dejaron de animarme; aún en las horas más decepcionantes. A Chile le debo un hijo.

El libro "Entre mi hijo y yo, la Luna", ¿fue una especie de liberación o simplemente compartir su experiencia de esa búsqueda épica?

Esta publicación fue un libro diario de mis derrotas. No olvide que siempre que busqué, nada encontré. Pero sabía que tenía a Dios y a Chile de copilotos.

Después de haber recorrido el mundo y haber conocido a Picasso, Cocteau y Warhol, volvió a Uruguay para dedicarse a retratar el candombe y la cultura afroamericana. ¿Qué lo atrae de estas raíces culturales?

Debo a la comprensión y sensibilidad de los afroamericanos de mi país, el haber intentado tocar el arte. Detrás del candombe recorrí todos los países donde el negro tenía presencia, hasta llegar a África.

¿Cómo se lleva con las redes sociales y las nuevas formas de relacionarse por Internet?

El único título que tengo es de dactilógrafo. Me recibí en la Academia Pitman, escribiendo 45 palabras por minuto. Con esto le quiero decir que gracias a saber manejar el teclado, puedo utilizar adecuadamente Internet.

¿Qué es el reconocimiento, y qué es el éxito?

Me gustaría tocarlos un día.

¿Se siente realizado o le falta algo?

Crear un arte para no videntes. No logro comprender como un hombre puede vivir sin conocer el color.

 

Casapueblo

Muy similar al estilo de las construcciones hechas por el arquitecto español Antoní Gaudí, Casapueblo es una obra arquitectónica gigante e impresionante. Al verla, el visitante recuerda inmediatamente las típicas casas blancas ubicadas en la costa mediterránea. En un principio, fue la casa de veraneo de Carlos Páez Vilaró, pero actualmente es una ciudad-escultura. Incluye la vivienda del artista, un museo, una galería de arte y un hotel, llamado “Hotel Casapueblo” que está dentro de la estructura y que tiene 70 habitaciones, cada una de las cuales posee un nombre. Desde 1994, en cada atardecer, en Casapueblo se realiza la “Ceremonia del sol”. Es una especie de misa en la que en medio del silencio, surge una grabación con la voz de Páez Vilaró recitando un poema dedicado al sol.

Candombe

Es un estilo musical que tiene sus raíces en África y es propio de Uruguay, Argentina y Brasil. El candombe uruguayo es el más practicado y difundido internacionalmente. Ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.


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