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Hace 20 años nació una genial idea en la localidad de San Andrés Itzapa: construir aparatos con base en bicicletas que facilitaran el trabajo y la vida en comunidades donde no llega ni electricidad ni combustible. Carlos Marroquín es el inventor creativo de las llamadas bicimáquinas. Sus creaciones, sin patente y de código abierto, llegan hasta México, Tanzania, India y EE.UU. Después de 15 años de trabajo abrió la primera Escuela de Tecnologías Apropiadas denominada Bici-Tec. El sueño de Carlos es fundar una escuela internacional que incorpore el conocimiento tradicional de los mayas.

Texto: Cory Jung Ah Unverhau
Fotos: Bici-Tec
País: Guatemala

a gente que vive en áreas urbanas está acostumbrada a la luz eléctrica, sin la cual su vida sería difícil de llevar. Se necesita electricidad para preparar alimentos, desempeñar muchas labores, ver en la oscuridad y llegar al trabajo. Sin embargo, en algunas regiones la energía eléctrica es un lujo. Actividades diarias como desgranar maíz, moler granos, despulpar café o lavar ropa se vuelven tediosas y requieren de mucho tiempo. Además, muchas de estas tareas las llevan a cabo mujeres ya sea a mano o con ayuda de herramientas rudimentarias.

En la pequeña comunidad de San Andrés Itzapa, se han fabricado y desarrollado bicimáquinas desde hace 20 años. Estos originales artefactos ecológicos facilitan y aceleran el trabajo manual con el movimiento circular de una bicicleta. Basta con pedalear para que estas máquinas produzcan energía. Ellas constituyen una alternativa eficaz para el desarrollo rural del país ya que se utilizan para diversos fines, desde la elaboración de alimentos hasta sacar agua de un pozo.

Carlos Marroquín, un campesino local, es el inventor creativo de una docena de bicimáquinas: bicidesgranadora, bicidespulpadora, bicilicuadora, bicibomba de agua, bicigenerador de electricidad y bicitaxi, por mencionar algunas. Sus inventos, 100% originales, han sido replicados en centenares de comunidades de Guatemala y exportados a Norteamérica, África y Asia.

Carlos describe sus creaciones como “una tecnología intermedia, entre artesanal e industrial, que aumenta la productividad y los ingresos familiares sin interrumpir o modificar demasiado las formas en que se relacionan las personas en comunidad”. Ha impartido capacitaciones en el Michigan Institute of Technology (MIT) y en varios países. Voluntarios de todo el mundo han pasado por su taller donde aprendieron a diseñar y fabricar bicimáquinas.

¿Cómo nace la idea?

La historia de las bicimáquinas nació en 1997 en San Andrés, Itzapa cuando un grupo de canadienses, de la ONG “Pedal Canadá”, llegaron a Guatemala para echar una mano en las regiones más afectadas por la larga guerra civil. Aquí intervino un golpe de destino. La tropa de anarco-ciclistas de Vancouver hicieron una presentación y entre el público estaba Marroquín, quien les planteó sus ideas de transformar bicicletas en dispositivos útiles para la comunidad. Él ya había creado artesanalmente su primera máquina, un bicimolino.

Bajo su mando se concretaron los primeros modelos exitosos: la primera bicimáquina se implementó en la aldea El Rosario, Chimaltenango y sacaba agua de los pozos pedaleando. Con los fondos canadienses y los diseños ingeniosos de Marroquín se echó a andar el gran sueño.

El proyecto ha generado toda una revolución del pedal: son artesanales, baratas, fáciles de mantener y ecológicas porque no consumen energía ni producen desechos. En 2010, más de 4600 bicimáquinas estaban funcionando en Itzapa y en comunidades rurales de todo el país. Además, en ese año, Marroquín recibió el Curry Stone Design Prize, un reconocimiento internacional a los diseñadores que atienden con sus inventos diversos problemas sociales. El premio fue otorgado en Nueva York.

De la mano de los estudiantes, sus prototipos se movían del Perú a Tanzania. Un colaborador a quien Marroquín capacitó en Oaxaca, México llevó los prototipos de su maestro a Rajastán (India) y a Zimbabue. Poco a poco, las bicimáquinas se fueron expandiendo en varios continentes.

Impacto social y ambiental

Las máquinas han sido una fuente de empleo para muchos guatemaltecos. “Imagínate, aunque no haya energía, puedes ir a una comunidad, llevas tus frutas, vendes licuados, mejoras tu propia economía y vas consiguiendo el mejor desarrollo de tu familia”, sostiene Mallorquín. Gracias a estos beneficios, los campesinos pueden llevar más productos al mercado, por lo tanto también pueden traer más comida a su mesa.

El grupo “Lirio de los Valles” (Chimaltenango), ha estado produciendo con éxito su propia alimentación orgánica con un bici tipo molino y desgranadora para su granja de animales. Muelen 300 lbs diarias. A su vez, “Mujeres de Desarrollo”, en San Andrés Itzapa, producen y venden champú de sábila, lo que ayuda a mantener a sus familias y a financiar la reforestación de bosques. El grupo local “Agrapto”, produce champú de aloe, albahaca y romero entre otros, utilizando bicilicuadoras como principal instrumento.

A su vez, en 2011 tres amigos de Guadalajara, México, recibieron un taller de Marroquín y comenzaron a dar clases y capacitaciones sobre energía alternativa y construcción de bicimáquinas. A la fecha han desarrollado 14 modelos de los cuales cinco, ya se están usando en el país azteca, tanto en áreas rurales como urbanas, y algunos hasta en el extranjero.

La primera escuela

Tras 15 años de trabajo, Carlos fundó en 2012 Bici-Tec, una nueva empresa social con el objetivo de promover el desarrollo rural sostenible en Guatemala y el mundo. La compañía tiene una tienda de bicicletas, un taller de fabricación de bicimáquinas y una Escuela de Bici-Tecnología Apropiada (EBA).

Entre los primeros alumnos estaban una activista mexicana-americana, un estudiante del MIT graduado en ingeniería aeroespacial y una ingeniera civil que había viajado desde Kenia para recibir el curso. Aprendieron que los planos de cada invento existen únicamente en su cabeza y que todo empieza por un dibujo. ¿Las patentes? Ninguna. “Este es un conocimiento que se debe transmitir con la práctica y la oralidad”, les decía Marroquín.

Sus invenciones son de “código abierto”, es decir, cualquiera puede acceder y descargar los manuales con instrucciones de uso y replicar los diseños. En el fondo, sus bicimáquinas buscan aplicar los saberes locales en sus propios contextos sociales y políticos; por ello se les llama comúnmente tecnologías culturalmente apropiadas o alternativas.

En un curso de ocho semanas, los participantes fabrican bicimáquinas con diseños de su propia creación con el fin de construir, distribuir y mantener bicimáquinas en sus comunidades. Para profundizar su comprensión del contexto de la tecnología apropiada, los participantes viven en pueblos tradicionales donde están utilizando las bicimáquinas, inmersos en la cultura indígena guatemalteca.

En 2014 estudiantes de EE.UU. y Kenia replicaron algunos diseños. Luego tomaron sus conocimientos y crearon nuevas máquinas que incluían bicirrefrigeradora, bicimezclador de cemento y biciestufa, entre otros. Un estudiante de Brasil está pensando en realizar bicirecicladoras de basura, máquinas para el campo y modelos urbanos, de esta manera ayudar a las comunidades sin electricidad de su país de origen.

Carlos planea fundar una escuela internacional de la tecnología apropiada, que incluiría un centro educativo de la bicitecnología y la transmisión del conocimiento tradicional de los mayas. “No es para mí que lo hago. Mi mente es así, ante una necesidad, una solución”, concluye.

Qué y cómo producen

¿Sabías que con la bicidesgranadora un niño logra en unas horas lo que antes le tomaba una semana a su familia? La máquina facilita el desgrane de maíz, economiza tiempo y dinero. Procesa diariamente de 2 a 2.5 toneladas. Además, se puede transportar al campo de cosecha, ya que no requiere electricidad. Una bicilicuadora puede procesar comida a una velocidad de 6400 rotaciones por minuto y puede ser utilizada para procesar alimentos como frutas, verduras, frijoles y producir champú orgánico. El bicimolino muele cualquier tipo de granos a 1.5 kg por minuto. Sirve también para triturar alimentos y para la elaboración de concentrados. La bicidespulpadora extrae la pulpa del café a una velocidad de 25 libras por media hora y ayuda a que las familias tengan mejores ganancias de su cosecha. El bicigenerador es una fuente alterna de generación de electricidad. Puede proveer hasta 200 watts/hora pedaleando a una velocidad media y hasta 400 watts/hora a una velocidad alta. La energía puede ser almacenada en una batería o ser utilizada de manera instantáneapara encender diferentes aparatos.







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Bicimáquinas: la revolución del pedal – A2





Carlos Marroquín es un campesino guatemalteco que desde hace 20 años se dedica a inventar bicimáquinas. Los aparatos son hechos con base en bicicletas que no necesitan electricidad para funcionar. Estos inventos aceleran el trabajo manual gracias al movimiento circular de la bicicleta: basta con pedalear y las máquinas producen energía.

Así nacieron las: bicidesgranadora, bicidespulpadora, bicilicuadora, bicibomba de agua y muchas más.

Las bicimáquinas son perfectas para las comunidades rurales que no tienen luz eléctrica. El proyecto ha generado toda una revolución. En 2010, más de 4600 equipos estaban funcionando en comunidades rurales de todo el país. Además se exportaron bicimáquinas a África, Asia y diferentes países de América Latina.

En 2012 Carlos fundó la escuela Bici-Tec, con el objetivo de promover el desarrollo social y enseñarle a todas las personas a hacer sus máquinas. Todos los modelos son de código abierto y no se debe pagar nada por reproducirlos. Esta idea le llevó a ganar varios premios y distinciones, además de ir a dar conferencias al MIT.

Las ventajas de estas invenciones son extraordinarias y lograron cambios reales en la vida de las personas. Por ejemplo, con la bicidesgranadora un niño logra en unas horas lo que antes le tomaba una semana a toda su familia. La máquina facilita el desgrane de maíz, economiza tiempo y dinero. Procesa diariamente de 2 a 2.5 toneladas.

Los cursos de Bici-Tec duran 8 semanas y los participantes fabrican estos aparatos con diseños propios para construir, distribuir y mantenerlos en sus comunidades. Los aprendices viven en pueblos mayas tradicionales donde están utilizando las máquinas, así entienden bien el proceso y su importancia.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Bicimáquinas: la revolución del pedal

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A2 ‘ Participio Pasado

B2 ‘Expresión de emociones Subjuntivo .

Vocabulario

Bicimáquinas

Vocabulario Resumen .

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