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Tal como los mariachis o los tacos, hoy en día existen muy pocas cosas más típicamente mexicanas que las piñatas. Esta figura, fabricada de cartón y papeles de colores, generalmente está rellena de dulces y es el elemento central de los cumpleaños y otras celebraciones. Y si bien es bastante popular en otros países latinoamericanos, la piñata forma parte de la historia más tradicional de México, al tener también significados culturales, religiosos, y de identidad.

Texto y Fotos: Arturo Figueroa.    
País: México

“s una tradición familiar, mis abuelos, mis papás, mis hermanos y yo, nos dedicamos a esto de las piñatas. Lo que más me gusta es verlas terminadas y poder observar la cara de los niños, que casi siempre pasan un buen rato eligiendo la piñata perfecta”, comenta Marcial García Rodríguez. Este mexicano se ha dedicado toda su vida a vender piñatas en su negocio ubicado en la Calle Circuito Interior, esquina Río Nilo, en pleno corazón de la capital azteca.

Él, como muchos otros mexicanos que se dedican a este singular oficio, se ha transformado en parte clave de esta cultura, una de las más ricas y variadas del mundo. En este país se conserva desde tiempos inmemoriales una tradición que traspasa clases sociales y generaciones. Hablamos del arte de hacer y vender piñatas, símbolo que no puede faltar en una celebración.

“Más arriba… ahora más al centro… un poco a la izquierda… eso, ahí, ahí, ¡ pégale!, ¡pégale!” Son las típicas frases que se escuchan cuando alguien intenta hacer explotar la piñata a golpes y transformarse en el superhéroe de aquellos que esperan que caiga alguna sorpresa especial.

La piñata, más que un recipiente de papel hueco y relleno de dulces y otros premios, es un elemento que es parte de la historia de este país, al tener también significados culturales, religiosos, y de identidad. Tradicionalmente se quiebran en la época de Las Posadas, que comienzan el 16 de diciembre y terminan el 24, con el nacimiento de Jesús.

Y algo que no es menor, protagoniza un momento donde los adultos se salen de su faceta de “grandes” y vuelven a ser niños. Se atreven, sin miedo al ridículo o al qué dirán. Se vendan los ojos, toman un palo y tras las confusas indicaciones de los presentes, se sienten con el poder de encontrarse en el aire con la piñata que colgada de una cuerda escapa de un lado a otro para no ser rota por un participante.

Una verdadera tradición

Hechas de papel y un pegamento llamado engrudo, cientos de piñatas se pueden ver en el negocio de Marcial García, el cual ve que las piñatas con formas tradicionales, compiten de igual a igual con otras. “Los modelos normalmente se basan en las películas que van saliendo, de ahí sacamos los personajes y hacemos a mano el molde de cada una”, afirma.

El vendedor se refiere también a los modelos típicos. “Una de las más tradicionales, es la piñata con forma de estrella, aunque esa se vende más que todo en diciembre. También está la de ‘Siete picos’, esa es la religiosa, porque en realidad se refiere a los siete pecados capitales. Sus colores brillantes simbolizan la tentación, así, los que le pegan a ésta, golpean a cada uno de los pecados”, aclara Marcial.

Continuando con su explicación, podemos deducir que el palo y la fuerza usada para botar al piso la piñata sería la virtud que puede vencer al pecado y así, recibir la recompensa del cielo, que serían los caramelos que caerán como premio del creer con “fe ciega” (aún se conserva la tradición de vendar los ojos a quien golpea la piñata).

Explicación que tiene sin cuidado a Francisco Zapata, joven papá que fue al negocio de Marcial con su hija en busca de una piñata del famoso “Chavo del 8”, un verdadero ícono popular. “Es el personaje que más le gusta a mi hija y a mí también. Siempre llevamos una piñata de alguien famoso. Esta vez elegimos la del Chavo porque él es parte de la cultura mexicana”, explica Francisco. “El momento de pegarle a la piñata es el que más me gusta; cuando caen los dulces me pone muy feliz”.

Francisco, desde que era niño y hasta el día de hoy, ha visto piñatas en sus fiestas o celebraciones de cumpleaños: “Ha sido una verdadera herencia familiar. He crecido golpeando pitañas, ya sea en Navidad, para festejar algo, o solo porque es divertido. En lo personal, siempre mantendré esta tradición”.

Felicidad para todos

No solo los niños son parte de este juego. Hombres y mujeres de todas las edades y nacionalidades se han enfrentado a este reto. “En España nunca había visto esto, y ahora que vivo en México desde hace 5 años me ha tocado ir a cumpleaños o fiestas y ahí me ven, pegándole a la piñata. Y aunque he tratado, nunca la he derribado. Ja, ja, ja. ¡Pero algún día lo haré!”, afirma Xabi Urrutia, empresario madrileño de 52 años que vive en la Ciudad de México.

Cuando los protagonistas de este juego son mayores de edad, las piñatas tienen premios “solo para adultos”. Así lo comenta Valeria Valdés, joven arquitecta colombiana, que vive hace más de un año en Guadalajara: “Estaba en mi fiesta de bienvenida en la oficina y al romperse la piñata, yo estaba justo abajo y vi como caían sobre mí cajas de cigarrillos, preservativos y otras cosas para adultos. Ha sido una extraña forma de darme la bienvenida a otro país”, afirma.

No importa nuestro país natal; si estamos en México, seremos partícipes de este ritual que aunque hoy esté ligado principalmente al entretenimiento infantil, su origen tiene varias aristas, razón que ha contribuido a su permanencia a lo largo de los años.

Ya lo sabes, si vives en el país del tequila y los tacos, o vas de visita, no te pierdas la oportunidad de estar en una fiesta con piñata: ten preparada tu bolsa, y aguarda muy atento o atenta debajo de la piñata, que la lluvia de caramelos y algo más caerá sobre ti.

Nunca es tarde para sentirnos niños otra vez y atrapar la mayor cantidad de dulces y, por qué no, recordar su origen religioso y al golpearla con los ojos vendados llenos de fe, derribar la avaricia, gula, pereza, orgullo, envidia, ira o lujuria para que caigan a nuestros pies. No hace falta ver para creer… ni para romper.

Todo está en las ganas de tomar el garrote y pegarle a la piñata con fuerza, solo así se le seguirá dando vida a esta curiosa tradición que aún se conserva, en todo su esplendor, a lo largo y ancho del país azteca.

¿Tradición mexicana?
Se dice que las primeras piñatas fueron hechas por aztecas, mayas y otros pueblos originarios de la región. Eran vasijas y esculturas de arcilla huecas que tenían forma de los dioses que adoraban. Estaban rellenas de grano o frutos. Estas primeras piñatas se rompían en celebraciones y festividades religiosas. El contenido derramado representaba la abundancia o los favores concedidos por los dioses. También se cree que los frailes españoles la utilizaron como herramienta de evangelización. A principios del siglo XVI, los misioneros atrajeron a los indígenas a sus ceremonias utilizando piñatas de muchos colores. También existe la creencia de que fueron inventadas en China y que se las quemaba con el fin de reunir las cenizas para tener buena suerte durante el año. El conocido navegante italiano Marco Polo las habría visto en el país asiático para llevarlas y propagarlas por Europa y América. Hoy en día es en México donde reina en todas las fiestas, aunque también se usa en menor medida en países como Puerto Rico, Ecuador, El Salvador, Perú, Venezuela, Colombia, India, China, o en el sur de EE.UU.



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Versión Principiantes – A2


la piñata mucho màs que un juego de niños.


La piñata es una tradición mexicana que se ha propagado por muchos países de Suramérica. Es un objeto hecho de papel con forma de personaje famoso o de estrella y adentro está lleno de dulces y de sabrosos objetos para comer. Las piñatas en México se usan para todas las celebraciones: bienvenidas, despedidas, cumpleaños, despedidas de soltera; lo que varía es lo que se pone dentro de la piñata. .

Los aztecas la usaban para las fiestas religiosas; pero los sacerdotes católicos la usaron como un medio para atraer a los indígenas a la religión; es por eso que se usa todavía como una manera de purificar el alma a través de los golpes que se le da.

El juego es simple. La piñata está colgada del techo; una persona tiene los ojos vendados y un palo en la mano; la persona debe intentar reventar a golpes la piñata para que caigan todas las cosas (caramelos, generalmente) que tiene dentro.

Comprensión

A continuación verás las preguntas de comprensión del texto. Lee y escucha el texto para responder a las preguntas. (Te recomendamos leer primero y escuchar después)

Piñatas mucho más que un juego de niños

Quiz

 

Gramática y Usos

A continuación encontrarás dos documentos PDF con la explicación del Uso y Gramática.

A1 ‘El artículo definido e indefinido + ejercicios’

C1 ‘Palabras para comparar y contrastar’ .

Vocabulario

La piñata

La fiesta .

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