Colombia es un país que se caracteriza por su variedad en especies de plantas y animales, por lo que es considerado uno de los siete países megadiversos, es decir, con mayor índice de biodiversidad de la Tierra. A pesar de ello, nunca se había escuchado que ahí existan hipopótamos rosados, además de los que permanecen en los zoológicos, pues esta especie de mamíferos es natural de África. ¿Qué hacen y cómo viven estos animales salvajes en Colombia?
Por Doly Orozco

n hipopótamo puede pesar hasta 3 mil kilos y sus colmillos pueden llegar a medir cerca de 50cm de largo. Tienen gran fuerza y son considerados uno de los animales más peligrosos del planeta, ya que resultan ser culpables de muchas muertes humanas cada año en los ríos de África.

Esta especie, que aparentemente parece ser calmada, es bastante territorial y aunque es herbívoro puede constituir un peligro inminente para el ser humano cuando se siente amenazado.

Sólo es posible encontrarlos en el continente africano y hasta la fecha no hay evidencias sobre su existencia en ningún país de América Latina, salvo Colombia. No resulta fácil entender por qué hay hipopótamos salvajes en este territorio sudamericano.

La explicación forma parte de la historia del narcotráfico colombiano. Todo comenzó hace 17 años, exactamente en 1993, cuando estas tierras en donde habitan actualmente los hipopótamos, en la zona noroccidental del país cafetero, pertenecían al famoso narcotraficante Pablo Escobar, quien logró reunir mucho dinero producto del comercio ilegal de drogas.

A Escobar le gustaban los animales y por tal motivo adquirió una pareja de hipopótamos que fueron traídos especialmente desde África (aunque no se sabe exactamente de qué lugar, ya que su ingreso al país fue ilegal) para ser parte de su colección de animales en la gran hacienda “Nápoles”, ubicada exactamente en la zona del Magdalena Medio Colombiano.

A fines de 1993, el narcotraficante más buscado por las autoridades colombianas murió a manos de la policía local. Tras su deceso, muchos de sus bienes quedaron abandonados, entre ellos la mencionada hacienda, que quince años después serviría para alojar a varias familias campesinas desplazadas por la violencia.

En su afán por solucionar el problema de vivienda de estas familias, el gobierno no tuvo en cuenta a la pareja de hipopótamos que había adquirido Escobar, los cuales sobrevivieron libres en dicha zona y sin la supervisión adecuada de las autoridades competentes, por lo que se reprodujeron aceleradamente llegando hoy en día a existir más de 80 hipopótamos. Esta situación originó una gran sorpresa entre los campesinos, pues nunca habían visto un animal como éste; es más, mucha gente ni siquiera tenía conocimiento donde estaba ubicado el continente africano.

Lo único que sabían era que estaban compartiendo su nuevo hogar con grandes animales que los amenazaban constantemente desde el pantano, el cual se encuentra a tan solo 500 metros de distancia de la principal carretera que comunica a Medellín con Bogotá.

Ante esta situación, en primera instancia el gobierno decidió matar a los hipopótamos, por considerarla la opción “más económica y conveniente”. Sin embargo, dicha medida desató una serie de protestas por parte de la ciudadanía y grupos protectores de animales. Las manifestaciones no lograron impedir la muerte del hipopótamo más viejo de la manada, llamado “Pepe”, el cual fue asesinado por tiradores profesionales del ejército nacional.

Entre la población, las opiniones respecto al futuro de los animales son encontradas. Nancy Gómez, comerciante de 52 años, manifiesta que los hipopótamos constituyen “un peligro para la comunidad. Son salvajes y no deberían estar ahí, porque la vida de las personas es más importante”. Para David Fernández, estudiante de derecho de 22 años, “estos animales son salvajes y peligrosos, pero solamente cuando se les molesta, por lo tanto no estoy de acuerdo con que los maten”.

Según Alice Machabajoy López, veterinaria de la ciudad de Popayán, departamento del Cauca, “es muy difícil que alguien en Colombia pueda saber con certeza cuales son las mejores condiciones para preservar a los hipopótamos, pues aquí los veterinarios tenemos experiencia en otra clase de animales, como perros o gatos”, explica. “Cualquier veterinario va a recomendar que sean llevados a su hábitat natural. Lo ideal es solicitar asesoría de países en África o Australia, donde se encuentran diferentes especialistas en el tema”.

En una entrevista realizada por el periodista Guillermo Prieto Larrota a las autoridades colombianas en diciembre de 2009, el Ministro de Ambiente, Juan Lozano, afirmó que los animales son un peligro evidente para la comunidad. Por tal motivo, aseguró, el gobierno tiene planeada la construcción de una moderna cárcel para 1200 presos en esta zona y, al mismo tiempo, pretende realizar un proyecto de ecoturismo en el cual se encuentran incluidos los hipopótamos.

En dicho proyecto los animales tendrán la protección del gobierno y estarán bajo la supervisión de médicos veterinarios, quienes los cuidarán y evitarán su reproducción desproporcionada.

Hasta la fecha, el resto de los hipopótamos permanecen en dicho lugar, pero las autoridades locales no han encontrado aún una respuesta rápida y económica para hacer frente a la problemática generada por estos animales. Una de las soluciones que se han planteado recientemente es castrar a los hipopótamos. Además, próximamente se espera la visita de un experto en este tipo de animales proveniente de África para decidir qué es lo más recomendable para resolver esta peculiar situación.


feedback
nom@example.com
feedback
Active ton abonnement mensuel à VeinteMundos dès maintenant!
nom@example.com